Durante los primeros días del mes de julio los ojos de los fierreros se posan en la ciudad de West Sussex, al sur de Inglaterra. Allí se realiza el tradicional Festival de la Velocidad de Goodwood, donde los fanáticos pueden vivir de cerca su gran pasión por el automovilismo.
El evento se realiza desde 1993 por iniciativa de Lord March. Se exhiben vehículos de todas las épocas en perfecto estado de conservación y se hacen exhibiciones dinámicas en un pequeño circuito de 1,86 kilómetros.
Las marcas también aprovechan para presentar sus últimos modelos, como ocurrió con Ford que mostró en sociedad el GT MK II o el Mustang eléctrico de Charge Cars…
Como todos los años, miles de fanáticos de todas las latitudes se acercan para ver en vivo y en directo a joyas mecánicas que lucen intactas y que son conducidas por ex pilotos consagrados, además de otros vehículos de ensueño.