El prototipo Pronello Huayra Ford, creado a fines de la década de 1960 por Heriberto Pronello para la extinta categoría Sport Prototipo, está desde hace varios días en Inglaterra. ¿El motivo? Realizar un estudio sobre su aerodinámica y, además, exhibirlo en el Festival de la Velocidad de Goodwood.
El primer compromiso ya se llevó a cabo. Se realizó en el Catesby Tunnel, un antiguo túnel ferroviario de 2,7 kilómetros donde los autos ruedan en línea recta. Este ensayo fue supervisado por el ingeniero argentino Sergio Rinland, con experiencia en varios equipos de la Fórmula 1 y uno de los propietarios de este complejo.
Fue justamente Rinland, quien convenció a Zeziola de hacer esta aventura, que terminará con la exposición del prototipo de Pronello en el mítico FoS, del 13 al 16 de julio.
LAS PRUEBAS DEL HUAYRA EN CATESBY TUNNEL
“Para la prueba tuvimos la ayuda de alumnos de Oxford Brookes Universtity, que se encargaron de la instrumentación del auto. Ahora se están elaborando los resultados”, le dijo Rinland a Automundo.
“Heriberto Pronello fue un adelantado. El Huayra se diseñó con efecto suelo diez años antes que esto se usara en la Fórmula 1”, agregó el ingeniero, que trabajó en Brabham, Williams, Sauber, entre otros equipos.
Las pruebas en el Catesby Tunnel se realizaron con los dos tipos de colas que utilizaba el Huayra, la corta y la larga, que se colocaban según el tipo de circuito donde se corría.
El Huayra tuvo su génesis en 1966 mientras Pronello trabajaba para el equipo oficial IKA. El vehículo debutó en 1969 en las pistas argentinas con mecánica Ford en el extinto SP.
EL VELOZ HUAYRA
De líneas puras, sencillas y altamente estilizadas, el Huayra fue diseñado de manera que el aire no solo ofrezca la menor resistencia posible, sino que además contribuya a su performance. Casi todo en el Huayra se construyó subordinado a ese requisito, lo que denotó que más allá de la estética primó el diseño, cosa atípica para aquellos años.
Al vehículo, de 4,35 metros de largo, 1,88 m de ancho y 1,10m de alto, se lo dotó de un motor Ford V8 con cuatro carburadores Webber 48-48 verticales. Gracias a los 270 caballos de potencia y a la eficaz aerodinámica con un coeficiente de 0,22, el Huayra superaba con facilidad los 300 km/h de velocidad final.