A solo unas semanas para que la Fórmula 1 desembarque en Miami, un grupo de residentes del área circundante al Hard Rock Stadium, en la zona de Miami Gardens donde se realizará la competencia, presentó una demanda para evitar la realización de la carrera debido a que causará un ruido intolerable y daños en la salud.
“Formula 1, millones. Nuestra salud, sin precio”, se leyó en uno de los carteles de los vecinos que protestaron frente al Ayuntamiento de Miami Gardens.
Sam Dubbin, abogado de los residentes contrarios al GP de Miami, aseveró que la carrera puede generar niveles de ruido que “causarán graves trastornos y daños físicos” para los vecinos.
En ese contexto, los residentes de Miami Gardens que se oponen a la visita de la F.1 difundieron un estudio que estima que el evento generará hasta 97 decibelios de ruido en los hogares dentro de un radio de cuatro kilómetros alrededor del Hard Rock Stadium.
La clave del caso, en esta oportunidad, radica en que la ciudad todavía no anunció si considerará la carrera como un “evento especial”, designación legal que allanaría el camino y permitiría mayor flexibilidad a la hora de cumplir la ordenanza de ruido local.
“Estamos en este estado de limbo, previo a la emisión de un permiso de eventos especiales. Es un lugar muy incómodo para una sala de audiencias”, afirmó lan Fine, juez de la corte de Miami-Dade en el diario Miami Herald.
El Gran Premio de Miami, pactado para el 8 de mayo en el marco de la quinta fecha de torneo, se desarrollará en un circuito alrededor del estadio del equipo de fútbol americano de los Miami Dolphins, donde también se juega los Masters 1000 y WTA 1000 de tenis luego de abandonar su histórica sede en Crandon Park (Key Biscayne).
Miami se convertirá en la undécima sede de la Máxima en suelo estadounidense después de Indianápolis, Sebring, Riverside, Watkins Glen, Long Beach, Las Vegas, Detroit, Dallas, Phoenix y el Circuito de las Américas, en Austin.
