Con el correr de los días se van conociendo las internas que se vivieron en el equipo Alfa Romeo Racing de Fórmula 1, que está regenteado por Sauber, ante la llegada del chino Guanyu Zhou para reemplazar al italiano Antonio Giovinazzi.
El propio Giovinazzi se encargó de dar el puntapié inicial a este escando cuando en sus redes sociales insinuó que la llegada de Zhou era por su aporte económicos (se dice que fueron más de 30 millones de euros). “La F.1 sabe cómo ser despiadada cuando el dinero dicta las reglas”, disparó Tonio.
Pero eso fue solo un capítulo de la historia ya que recientemente se hizo público que la llegada de Zhou no solo provocó el adiós de Giovinazzi sino también la del italosuizo Pascal Picci, presidente de Sauber Holding.
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Picci decidió dar un paso al costado en desacuerdo a la gestión de Frédéric Vasseur, director del equipo y quien tomó la decisión de reclutar a Zhou.
“¡Sí, di un portazo! Dimití como presidente unos días antes del GP de México. No quiero estar asociado a la gestión de Vasseur en el futuro… La principal diferencia con Vasseur era la elección de los pilotos. Ese fue uno de los puntos en los que se rompió la unión entre la dirección actual y yo”, explicó Picci a Autosport.
El ejecutivo aclaró que su partida “no debe convertirse en un motivo de preocupación para el personal de Sauber, de eso estoy seguro”. Y aclaró que los propietarios, el grupo inversor Longbow Finance, “son personas entusiastas y muy apasionadas cuya prioridad es la protección del personal que lo compone”.