La consagración del neerlandés Max Verstappen como campeón de Fórmula 1, logrado merced a su victoria agónica en el Gran Premio de Abu Dhabi después de una carrera loca, fue del agrado de numerosos aficionados en el mundo, aunque la prensa reflejó la polémica en torno a las circunstancias de la victoria.
Verstappen, del equipo Red Bull, entró en el Olimpo de la F.1 al adelantar en la última vuelta al inglés Lewis Hamilton, cuya escudería Mercedes no tardó en interponer varias reclamaciones contra ese inesperado desenlace.
Como era de esperar, fue en Países Bajos donde las reacciones y los comentarios fueron más entusiastas: “Super Max” titulo el periódico popular neerlandés Telegraaf. “El mejor del mundo”, graficó NRC. “Grandísima victoria” calificó el periódico De Volkskrant.
En Francia, L’Equipe escribió en su portada “un Max de locura”, recordando “una última vuelta de antología” y “un final de ensueño” en un Mundial que se dirimió en los últimos metros.
PARA LOS INGLESES FUE UN ROBO
Pero en Reino Unido ese emocionante final dejó un regusto amargo: “Robo a 200 km/h”, lanza el tabloide Daily Mail. “Robo en la última vuelta”, añadió el Sun, mientras que Metro denuncia una “farsa”. El Daily Telegraph vaticina incluso “una batalla judicial” luego de la derrota de Hamilton.
Antes de esta última prueba de la temporada, la ecuación era relativamente sencilla: a igualdad de puntos, lo que sólo había ocurrido una vez en la historia de la F.1, en 1974, el que terminase delante del otro, entre Max y Hamilton, sería campeón.
Aunque muchos observadores temieron un choque entre ambos aspirantes de un ego XXL y que no se profesan una especial simpatía, nadie podía imaginar un desenlace como el que se vio en las últimas vueltas de la temporada 2021.
UNA DEFINICIÓN PARA EL INFARTO
En menos de diez minutos la historia de la F.1 fue reescrita: Hamilton vio cómo se le escapaba un 8º título mundial, lo que le habría permitido superar a la leyenda Michael Schumacher.
“Yo había dicho que necesitaríamos una ayuda de los dioses de la carrera automovilística en las diez últimas vueltas y, gracias a Dios hubo el coche de seguridad”, resumió Christian Horner, responsable del Red Bull.
Hasta ese famoso safety car, la corona mundial parecía ya sobre la cabeza de Hamilton, en cabeza desde la primera vuelta y con un hueco importante respecto a Verstappen, que había salido desde la pole. Pero una salida de pista del canadiense Nicholas Latifi (Williams) lo cambió todo a seis vueltas para el final.
Mientras su monoplaza era retirado de la pista el GP fue neutralizado. Verstappen aprovechó para cambiar neumáticos en boxes, pero no lo hizo Hamilton, de forma que varios monoplazas se intercalaron entre ambos.
Dos salidas eran posibles: si la carrera se reanudaba, el neerlandés tendría opciones, si se daba por concluida detrás del coche de seguridad y sin posibilidad de adelantar, el título sería para el inglés.
Finalmente la carrera se reanudó con una vuelta por delante -y con Verstappen justo por detrás de Hamilton, después de que el director de carrera autorizase a los pilotos con retraso recuperar sus posiciones de origen.
El neerlandés no dejó escapar la oportunidad; con el aliento del público se benefició de la aspiración y adelantó a Hamilton. “No habría podido imaginar una última carrera más loca, era como estar sobre montañas rusas, en un momento dado no tenía ninguna esperanza de ganar”, confesó Verstappen.
HORAS CLAVES EN MERCEDES
Dolido, Hamilton le felicitó con deportividad: “Max realizó un trabajo fantástico este año”. Aunque su escudería interpuso dos reclamaciones, rechazadas ambas por los comisarios de carrera, aunque Mercedes hizo saber su intención de recurrir.
La escudería germano-británica, que, como consuelo, conquistó el título de constructores por octava ocasión consecutiva, dispone de 96 horas para formalizar su recurso.