Después de diez semanas de inactividad, el NASCAR volvió a encender sus motores en el óvalo de Darlington en el medio de la pandemia de coronavirus con una carrera de 400 millas. No hubo público, pero sí estrictas medidas de salubridad. Si hasta Kevin Harvick (Stewart-Haas Racing), que se quedó con la copa de la victoria, posó para la foto con un tapaboca…
Esta competencia, sin dudas, quedará enmarcada en la historia moderna de la serie estadounidense por el contexto en el que se hizo puesto que su regreso se dio bajo un estricto protocolo, como la toma de temperatura a cada uno de los 16 integrantes de equipo y el uso obligatoria de las mascarillas, una agenda de actividad reducidísima y un escenario vacío.
Bajo este ambiente poco usual, Harvick fue el que mejor hizo las cosas y se quedó con el triunfo en la denominada The Real Heroes 400 seguido por Alex Bowman (Hendrick Motorsports) y Kurt Busch (Chip Ganassi Racing).
“No creía que iba a ser muy diferente, pero fue un silencio sepulcral. Echamos de menos a los fanáticos”, comentó el vencedor sobre su vivencia en esta nueva etapa de la disciplina que lo tiene como líder del torneo.