Se terminó el misterio. Se confirmó algo que los argentinos esperaban con ansias: las pruebas de Agustín Canapino sobre un auto de la categoría estadounidense IndyCar. Y no será cualquier vehículo ya que el mismo pertenece al Juncos Hollinger Racing, equipo del que es copropietario el compatriota Ricardo Juncos.
Pero lo especial del anuncio realizado hoy por el propio Juncos en el Campo Argentino de Polo es que además de girar en Sebring el 12 de octubre en una prueba comunitaria, el arrecifeño se volverá a subir al Dallara-Chevrolet en otras dos ocasiones y en circuitos argentinos.
Primero será en el autódromo de Buenos Aires, en el marco de la presentación del Turismo Nacional del 5 y 6 de noviembre; y luego en el Circuito Internacional de Termas de Río Hondo.
Para realizar estos tests en suelo argentino Juncos debió pedir un permiso especial a la categoría estadounidense ya que los ensayos están acotados para todas las escuderías que participan en la especialidad.
“Este no es un auto más, pertenece al equipo de un argentino que logró largar en primera fila en la última carrera del campeonato del presente año en esta que es la categoría más competitiva y exigente del mundo. Una vez más agradezco a todos quienes hicieron posible la concreción de este sueño y espero que puedan ir a la exhibición ya que será un momento histórico para la Argentina”, afirmó Canapino.
Canapino ya se venía preparando para este importante momento. Hace unas semanas estuvo en la sede del team de Juncos en Indianápolis haciéndose la butaca “por las dudas”. Además, realizó una intensa prueba en el simulador de Dallara.
No es la primera vez que los caminos de Canapino y Juncos se cruzan. Hace unos años el arrecifeño corrió para el team argentino en las 24 Horas de Daytona y las 12 Horas de Sebring.
A partir de estas pruebas se abre la posibilidad de que Canapino desembarque en algún momento en el IndyCar, aunque para eso se debería reunir una importante cantidad de presupuesto.