Después de una semana llena de rumores y especulaciones sobre su futuro deportivo en la categoría estadounidense IndyCar, Agustín Canapino fue ratificado como piloto del Dallara-Chevrolet N° 78 del Juncos Hollinger Racing para el resto de la temporada. La incertidumbre se planteó tras una serie de incidentes en redes sociales que llevaron al JHR a decidir reemplazarlo con el novato Nolan Siegel en la carrera de Road America.
Los problemas comenzaron cuando algunos fanáticos de Canapino enviaron amenazas de muerte y mensajes de odio al francés Theo Pourchaire (Arrow McLaren) después de un choque en el Gran Premio de Detroit. Esta situación llevó a que Arrow McLaren terminara su relación comercial con JHR, en gran parte debido a la actitud poco empática de Canapino hacia los receptores de estas amenazas cuando puso en duda esas amenazas en una carta pública.
Después de ser apartado del equipo, Canapino utilizó su tiempo para reflexionar y comprender mejor las diferencias culturales entre Argentina y Estados Unidos. Así lo confesó en una entrevista con Racer.
“Estoy mucho, mucho mejor. Ahora entiendo muchas cosas y para mí es un gran progreso después de una semana difícil…”, afirmó el arrecifeño que reconoció que su negativa a adaptarse a las sensibilidades culturales estadounidenses había sido un error y que debía aprender a ajustarse al entorno en el que competía.
“Es exactamente lo que pasó. Aprendí. Tenemos culturas completamente diferentes. Tenemos idiomas completamente diferentes. Pero estoy compitiendo en Estados Unidos. Ahora entiendo, y mi base de fans debe entender que estoy compitiendo en Estados Unidos”, explicó Canapino. Este reconocimiento marcó un cambio significativo en su perspectiva, admitiendo que su conducta y respuestas anteriores habían sido problemáticas en el contexto estadounidense.
UN NUEVO ENFOQUE
El director del equipo, David O’Neill, quien fue la persona que puso en duda el estado de ánimo del argentino para correr en Road America, describió el proceso que siguieron y las reuniones que tuvieron a principios de la semana para determinar cómo avanzar. “Mi decisión, junto con Brad y Ricardo, fue asegurar que teníamos la seguridad de Agustín en la mano”, dijo O’Neill a Racer.
Tras regresar al taller del equipo en Indiana, Canapino mostró un enfoque positivo, lo que permitió su regreso inmediato al auto No. 78. “Nunca hubo intención de nuestra parte, ni de Brad ni de Ricardo, de que esto fuera una suspensión a largo plazo”, aclaró O’Neill. La rápida evolución de Canapino, que comenzó a comprender y aceptar las diferencias culturales, facilitó su retorno. Aunque es verdad que el equipo ya tenía un Plan B: la continuidad de Siegel en el auto N° 78.
UN CAMBIO DE ACTITUD
Uno de los puntos de fricción había sido la incredulidad de Canapino ante las amenazas recibidas por su antiguo compañero Callum Ilott y luego por Pourchaire. En Argentina, la cultura del “mostralo, no lo digas” prevalece, lo que contrasta con la aceptación estadounidense de tales declaraciones sin necesidad de pruebas públicas.
“Es exactamente eso”, confirmó Canapino. “Tenemos una forma completamente diferente de reaccionar. Y desafortunadamente, aprendí ahora, después de toda esta situación inesperada, que esto es diferente aquí”. Esta comprensión subraya la importancia de adaptarse y respetar las normas y sensibilidades del país anfitrión.
MIRANDO HACIA EL FUTURO
Canapino se comprometió a cambiar su comportamiento en línea, evitando dar “me gusta” a publicaciones despectivas sobre otros pilotos, un gesto que ha sido malinterpretado en Estados Unidos. “Definitivamente, porque en mi mente, nunca quiero hacer nada malo”, expresó Canapino. “Fue, por supuesto, un error, y lo siento por eso. No era mi intención en absoluto, pero fue una gran lección”.
En cuanto a posibles futuros incidentes, Canapino aseguró que manejaría las situaciones de amenazas y hostilidad de una manera diferente y mejor. “Sí, definitivamente… Aunque no puedo controlar a todos tenemos que trabajar juntos para tratar de entender cómo arreglamos eso”, afirmó.
La experiencia de Canapino es un claro recordatorio de la importancia de la sensibilidad cultural y la adaptabilidad. Su viaje de aprendizaje y redención subraya el poder de la reflexión y la apertura al cambio, no solo para él como individuo, sino también para su base de fanáticos y la comunidad deportiva en general. En última instancia, la lección más valiosa es la necesidad de eliminar el abuso y el odio en las redes sociales, promoviendo una cultura de respeto y comprensión en todos los ámbitos.