- A cien años de la primera aventura argentina a las 500 Millas de Indianápolis
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A lo largo de la historia solo unos pocos pilotos argentinos se animaron a correr en las 500 Millas de Indianápolis, la carrera más importante del automovilismo estadounidense y una de las más relevantes del deporte motor en general. La lista solo incluye a Macoco Álzaga Unzué, Juan Antonio Gaudino y Raúl Riganti, quien fue el único del trío que repitió la experiencia en más de una oportunidad.
Riganti nació el 26 de febrero de 1893 en la Capital Federal. A los 19 comenzó a correr en motos y ocho años más tarde se puso detrás del volante de un auto de carreras. Ya sea sobre dos o sobre cuatro ruedas se caracterizaba por ser un velocista nato.
En 1923, con el automovilismo local en plena formación, se sumó a la aventura de Álzaga Unzué para correr en el óvalo de Indianápolis, en una prueba que se realizaba desde 1911. Pese a tener el respaldo de Bugatti, los autos fueron un desastre y la experiencia terminó en abandono para los dos argentinos.
Polenta, como lo bautizó el boxeador Luis Ángel Firpo, se tomó revancha en 1933. Volvió a las Indy 500 y esta vez llegó al final. Arriba de un Chrysler clasificó 27°, pero hizo una buena carrera y finalizó 14° a más de 173 km/h de promedio.
En el medio, Riganti se transformó en uno de los animadores del automovilismo argentino a través de triunfos relevantes. En 1926 ganó la primera edición de las 500 Millas Argentinas organizadas por el Club Atlético Rafaela. Se impuso sobre un sobre un Hudson a 126,935 km/h después de seis extenuantes horas de carrera.
Además inscribió su nombre entre los vencedores del Gran Premio Argentino. Su primera victoria sucedió en 1929 y repitió en 1936 en una carrera incluyó etapas en Chile. Esos éxitos lo transformaron en un referente para aquellos jóvenes que soñaban con emularlo en las pistas.
En 1940, con 43, decidió volver por tercera vez a Indianápolis. Su participación se financió a través de una colecta popular que le permitió comprar una Maserati 8CL de 3 litros.
Clasificó 24°, pero en la 24ª vuelta de la competencia protagonizó un fuerte accidente en la curva 2 en el que destruyó totalmente su vehículo. Ese mismo año Polenta le puso punto final a su exitosa campaña deportiva.
Raúl Riganti, que falleció el 1 de octubre de 1970 a los 77 años, dejó su huella en las pistas y se convirtió en un referente para las generaciones de pilotos que lo siguieron. Su pasión y coraje inspiraron a muchos y su legado continúa vivo, incluso en las 500 Millas de Indianápolis…