En la industria automotriz, donde los emblemas a menudo se perciben como meros elementos visuales, Rolls-Royce ha elevado su insignia a un estatus de leyenda. Conocido como El Espíritu del Éxtasis es un auténtico símbolo icónico de lujo y elegancia que ha perdurado a lo largo de los años.
Su historia se remonta a 1909, cuando John Walter Edward Scott-Montagu le pidió al escultor Charles Sykes que creara una “mascota” para su Rolls-Royce Silver Ghost. Eso era algo muy popular en la época en la que los propios propietarios de los vehículos creaban un emblema a su gusto.
El pedido de Scott-Montagu, un pionero del movimiento automotriz y editor de la revista especializada The Car desde 1902, tenía un destinatario: Eleanor Velasco Thornton.
Eleanor era la secretaria y la amante de John Walter. Su amorío permaneció escondido debido al estatus social y económico de la muchacha. Pese a que Scott-Montagu se casó con Lady Cecil Victoria Constance por presión de su familia, la relación amorosa secreta con Eleanor siguió adelante por varios años.
Sykes eligió a la propia Eleanor como su modelo. La figura creada tenía su ropa revoloteando por el viento y un dedo contra sus labios para simbolizar los secretos del amor con Scott-Montagu. Ese emblema se llamó El Susurro.
Dos años más tardes, Rolls-Royce le encargó a Sykes la creación de un emblema propio para identificar a sus autos. El artista no lo pensó mucho. Tomó El Susurro como base y lo modificó para que transmitiera velocidad, algo que se logró con los brazos de la dama extendidos hacia atrás.
La nueva insignia se conoció como El Espíritu de la Velocidad, aunque luego su creador la rebautizó con el nombre que la conocemos hoy en día.
Charles Sykes, junto con su hija Josephine, personalmente elaboró cada Spirit of Ecstasy hasta 1939. Las primeras figuras tenían una altura escultural de 18 cm. Hoy, es más pequeña, de 7.5 cm.
Hasta 1999, estas figuras se producían mediante fundición, una técnica ancestral. En 2003, con el lanzamiento del Phantom, BMW Group introdujo el moderno proceso de fundición de inversión, preservando la esencia con un enfoque contemporáneo.
A lo largo de su vida, El Espíritu del Éxtasis ha enfrentado varios desafíos, como intentos de prohibición en la década de 1970 por motivos de seguridad en algunos países. Rolls-Royce respondió con elegancia, incorporando un mecanismo de retracción que se activa en caso de impacto, asegurando suavidad y seguridad.
En 2011, Rolls-Royce lanzó The Spirit of Ecstasy Centenary Collection, limitada a 100 modelos Bespoke Phantom. Esta colección conmemorativa presentaba detalles únicos, incluyendo un El Espíritu del Éxtasis en plata maciza. En 2020, el emblema adquirió una nueva apariencia llamada The Expression, reflejando la visión de Rolls-Royce como una firma de lujo global.