El tallercito tenía sólo 15 metros cuadrados. Era pequeñísimo, pero estaba repleto de sueños. Ahí esos dos muchachos de veintipico se pasaban horas y horas tratando de adaptar un pequeño motor a una bicicleta. Tuvieron varios fracasos hasta que finalmente consiguieron su objetivo: subir las colinas de Milwaukee sin la necesidad de pedalear. Era 1901 y William Harley y Arthur Davidson no sabían que habían dado el puntapié inicial para una de las marcas más importantes del mundo vinculada con la industria de las motocicletas.
La compañía se llamó -atinadamente- Harley-Davidson Motor Company y tomó forma definitiva el 28 de agosto de 1903 tras la llegada de los otros dos hermanos Davidson, William y Walter. Casi un año después, el 8 de septiembre de 1904, la primer Harley-Davidson debutó oficialmente en una competencia en el parque Fair. El debut fue excelente: Edward Hildebrand llegó cuarto y desató la alegría de los noveles e inquietos empresarios.
Tras ese desafío comenzó la producción en serie de las HD. En 1905 construyeron una docena de unidades. Todas fabricadas en aquel cobertizo que estaba en el fondo de la casa de los Davidson. En 1906, ya instalados en un taller más grande, las cifras comenzaron a elevarse. Ese año construyeron 50 motos y en 1907 ya superaron las 150. Estas primeras motocicletas estaban equipadas con motores monocilíndricos de 440 cm3 derivados de aquel de 405 cm3 desarrollado a principios de siglo.
Aquellas Harley-Davidson alcanzaban una velocidad punta de 70 km/h, pero Bill Harley quería que sean más rápidas y potentes. En lugar de seguir trabajando con el monocílindro, decidió aumentar la potencia recurriendo a un impulsor de dos cilindros en V con ángulo de inclinación de 45 grados. Había nacido el V-Twin, que con el tiempo se convertiría en el sello de la marca.
Harley-Davidson fue una de las tantas empresas que sacó provecho de la Primera Guerra Mundial. A través de un convenio con el ejército estadounidense produjo 15.000 unidades. Tras el conflicto, y en menos de dos décadas, se afianzó como la compañía más exitosa del mundo teniendo presencia en 67 países. Ese éxito le permitió superar la Gran Depresión, algo que pocos contemporáneos lograron. La Segunda Guerra Mundial fue otro gran negocio para la firma, que volvió a conseguir otro contrato.
Con la paz de nuevo en el planeta, muchos de los ex combatientes estadounidenses se quedaron con las Harley que habían usado en el campo de batalla y las adaptaron para cruzar de punta a punta el país. Le sacaron los guardabarros y otros elementos para hacerlas más livianas. Al despojarla de todo el chaperio el aspecto cambió radicalmente y así nacieron las motos chopperas.
Paralelamente, artistas como Elvis Presley y James Dean convierten estas maquinas en el símbolo de su generación. Hollywood no perdió la oportunidad de contar su punto de vista de esta moda. Inmediatamente asoció a esas motos -y a la marca Harley-Davidson en particular- con pandillas de motociclistas como los temibles Hells Angels (Ángeles del Infierno). La serie de películas que se realizaron entre 1950 y 1970 afectaron la reputación de la empresa. Tal vez el film más famoso sea “Easy Rider” (1969) protagonizada por Peter Fonda, Jack Nicholson y Dennis Hooper, cuyos personajes cruzan todo Estados Unidos en Harley-Davidson.
A la mala fama que consiguió por culpa de la industria cinematográfica, se sumó la decisión del gobierno yanqui de aumentar las tasas de impuestos. Eso provocó una fuerte caída en las ventas.
Pero lo peor estaba por venir. En 1969 la fabrica fue adquirida por la American Machine and Foundry (AMF), que se encargo de incrementar la capacidad de producción abriendo nuevas plantas, pero bajando la calidad de construcción. Las marcas japonesas que habían llegado a la tierra del Tío Sam aprovecharon la situación y rápidamente se convirtieron en referentes del mercado por tener productos más confiables y económicos. Recién en la década de 1980, ahora con un nuevo grupo inversor integrado por 13 ejecutivos de la anterior gestión, Harley-Davidson se recuperó de tantos vaivenes.
Desde entonces mejoró sus motocicletas con los avances tecnológicos, haciendo más eficientes sus motores y ajustándose a las estrictas normas ambientales. Incorporó diferentes tecnologías de inyección, multiválvulas y sistemas de escape. Fabricó una nueva generación de motores Twin-Cam de 1.450 cm3 para los modelos clásicos y el nuevo Revolution de 1.130 cm3 inyección, refrigerado por agua y 115 caballos de potencia para la V-ROD de última generación.
Pero, ¿por qué estas motos se convirtieron en un símbolo de Estados Unidos? En buena parte por su historia que combina éxito, fracaso y resurrección. Pero también por el diseño y confiabilidad de sus modelos que le otorgan cierta distinción y exclusividad.
La empresa aprovechó esa devoción que había por sus modelos y en 1983 fundó el club oficial: Harley Owner Group (H.O.G.), que organiza reuniones multitudinarias, caravanas y cuenta con miles de socios. Además, tiene una extensa línea de productos de merchandising que sirve para complementar la pasión que sienten sus usuarios por la marca.
En 2008, coincidiendo con el 105 aniversario de la firma, se inauguró el Harley-Davidson Museum. Cuenta con más de ocho hectáreas de áreas verdes que ofrecen un excelente panorama de la ciudad de Milwaukee y tiene varias joyas en exposición como la KH 1956 de Elvis Presley y la famosa Serial Number One, la primera motocicleta de 1903.
Para muchos, una Harley-Davidson en sinónimo de libertad y hasta de un estilo de vida. Por eso algunos no dudan en tatuarse su famoso logo. Y pensar que todo comenzó en un pequeño tallercito.