Hugo D’Andrea, oriundo de Tigre, corre con una réplica del primer Torino que ganó en el Turismo Carretera.
Impecable, bellísimo, exacto en cada detalle. Así es el Torino que maneja Hugo D’Andrea y que le rinde tributo a aquel auto que el 26 de febrero de 1967 hizo historia con Héctor Luis Gradassi detrás del volante. Esta réplica es conocida en el ambiente tuerca ya que varias veces estuvo expuesta en Autoclásica, sin embargo es la primera vez que está en el Gran Premio Argentino Histórico.
El auto es uno de los más bellos de la edición 2019 de la carrera que organiza el Automóvil Club Argentino. Sobre todo porque respeta todas las características de aquel auto del equipo IKA, desde su color gris aluminio con las franjas azules, hasta su interior desprovisto del equipamiento que venía de serie.
“El auto lo armaron en Luján y estuvo varias veces en Autoclásica. Nosotros lo compramos hace un año. La persona que lo armó decidió homenajear a Gradassi, que fue el primero que ganó con Torino. No quiso hacer una copia más de los que corrieron en Nürburgring, que es lo más habitual”, le explica Quique D’Andrea a Automundo.
“En Córdoba la gente se vuelve local al verlo porque es igual a aquel que corrió Gradassi en San Pedro y a eso se suma que tiene el nombre de Pirín en la puerta. Así que cuando lo ven, se enloquecen… Durante la primera etapa nos paró un hombre que había corrido con Gradassi en motos y se emocionó mucho al verlo”, agrega el piloto de Tigre, que corre en compañía de Javier Ferzzola.
Como muchos otros participantes del GPAH, D’Andrea admite que no participa de la carrera para competir, sino por el solo hecho de divertirse. “Y hacerlo con este auto que provoca tantos sentimientos en la gente es muy especial”, confiesa.