GP de Sudáfrica 1981: La victoria de Carlos Reutemann que no sirvió para nada

La mejor temporada de Carlos Alberto Reutemann en la Fórmula 1 fue, sin dudas, la de 1981. El santafesino, entonces piloto de Williams, fue gran animador del torneo desde el inicio, pero finalmente lo perdió ante Nelson Piquet (Brabham) en la última carrera del año, en Las Vegas (Estados Unidos).

La diferencia entre el brasileño y el argentino fue de solo un punto. Es por eso que toma relevancia lo ocurrido el 7 de febrero de aquel año con una victoria que consiguió Lole, pero que no fue valida por el Mundial por el enfrentamiento entre la Federación Internacional del Deporte Motor (FISA), que era el brazo deportivo de la Federación Internacional del Automóvil; y la Asociación Constructores de Fórmula 1 (FOCA).

El motivo de la disputa era el reglamento técnico, nada menos. Principalmente, las medidas que la entidad quería tomar para eliminar el efecto suelo que había llegado a la categoría de la mano de Lotus a fines de los ’70.

La FISA proponía varias cosas como prohibir los skirts -también conocidos como “polleritas”- que les permitían a los autos estar bien pegados al piso, elevar la distancia al suelo a seis centímetros y estipular un incremento en el peso de los vehículos de 50 kilos.

El objetivo de la medida era reducir drásticamente la velocidad de los bólidos para evitar accidentes y muertes, como la Patrick Depailler en agosto del 80′ durante una jornada de pruebas en Hockenheim. El francés perdió el control de su Alfa Romeo por  una falla en la suspensión delantera que lo llevó directo a los guar-rails en el veloz curvón Ostkurve.  Eso fue determinante para que su compatriota Jean-Marie Balestre, titular de la FIA, diera la orden de prohibir el efecto suelo para 1981.

La FOCA, comandada por el inglés Bernie Ecclestone, el propietario de Brabham; se oponía al considerar que esas medidas favorecían claramente a Ferrari, Renault y Alfa Romeo, los únicos fabricantes que había en un campeonato repleto de equipos sin apoyo oficial.

Tal era la disputa entre la FISA y la FOCA que había comenzado a tomar fuerza la idea de una Fórmula 1 paralela a través de la creación de la World Motorsport Federation, que iba a aglutinar a aquellas escuderías que estaban en contra del ente rector.

En medio de estas polémicas comenzó el torneo de 1981, justamente, el 7 de febrero con el Gran Premio de Sudáfrica después de reordenar el calendario y mover para marzo y abril los GP’s de Estados Unidos y la Argentina, respectivamente. Se le había pedido lo mismo al promotor del GP sudafricano, como para darles más tiempo a la FISA y a la FOCA a que solucionen sus diferencias, pero se opusieron…

Si bien las dos partes mantenían intensas reuniones para limar asperezas y hasta estaba la ilusión de solucionar todo justo a tiempo para el arranque del campeonato, eso no sucedió. Sin posibilidad de dar marcha atrás los equipos alineados a FOCA fueron a correr a Kyalami con muy pocas esperanzas que esa carrera fuese tomada en cuenta para el Mundial.

Sin el sello de la FISA/FIA, el Gran Premio de Sudáfrica fue, ni más ni menos, una competencia de Fórmula Libre en la que todo estaba permitido, reglamentariamente hablando.

Ferrari, Renault, Ligier, Alfa Romeo y Osella, que apoyaban a la FISA; no se presentaron. Williams, Brabham, Lotus, Fittipaldi, McLaren, Arrows, Tyrrell, March, Ensign, ATS y Theodore, todos equipos que utilizaban motores Cosworth, aceptaron competir ya que si no había acuerdo con la FIA, el GP sudafricano sería tenida en cuenta para el certamen disidente.

Casi como un presagio de lo que ocurriría varios meses después Piquet y Reutemann fueron los grandes protagonistas de la competencia, de la que participaron un total de 19 pilotos.

El primer round fue la clasificación y lo ganó Piquet por solo dos décimas de ventaja sobre Reutemann. Sin embargo, en la competencia las posiciones e invirtieron y el argentino se quedó con el escalón más alto del podio. La ceremonia de premiación la compartieron con el italiano Elio De Angelis (Lotus).

El trabajo del argentino fue brillante. Durante las primeras veinte vueltas desplegó todo su talento detrás del volante para controlar a su Williams calzado con gomas para piso seco sobre una pista completamente mojada por la lluvia. “Yo arriesgué como siempre…  Gané como si hubiera sido una carrera por el Campeonato Mundial”, resumió Reutemann, que ya presumía que esta carrera poco se iba a tener en cuenta de solucionarse el conflicto.

Dicho y hecho. La FISA y la FOCA se pusieron de acuerdo y el GP de Sudáfrica no otorgó puntos para el campeonato. Esa fue la última prueba en que las polémicas polleritas se utilizaron ese año ya que volvieron en 1982. La ausencia de estos elementos no hizo otra cosa que agudizar el ingenio de los equipos, que encontraron otras soluciones para mantener el efecto suelo que tanto repudiaba la FISA.

Brabham, por ejemplo, utilizó una suspensión hidroneumática para que su auto fuese bien pegado al piso en la pista y, a la vez, respetara la medida de los 6 cm de despeje durante las inspecciones técnicas. Lotus, en cambio, logró el mismo resultado con un doble chasis.

“A mí me gustaría que todos los señores que discuten sobre la seguridad de la Fórmula 1 estuvieran hoy sentados en el cockpit de un Fórmula 1 a punto de largar y con las gotas de lluvia mojando el piso”, afirmó Reutemann cuando se lo consultó sobre el conflicto.

Y dio como ejemplo las pruebas que había realizado Renault en Buenos Aires en las que el francés Alain Prost había hecho el mismo tiempo que el australiano Alan Jones en el GP argentino de 1980. “¿Qué ganaron sacándole las polleritas? ¿En cuánto se redujo su velocidad? Al parecer en casi nada. Y mientras tanto somos los que sufrimos la peor parte en todo este lío”.

Y ese sufrimiento de Carlos Reutemann incluyó ganar en su mejor año en la Fórmula 1 una carrera que no le sirvió para nada.

CLASIFICACIÓN DEL GRAN PREMIO DE SUDÁFRICA DE 1981