El retorno de la Fórmula 1 a la acción, que se producirá este fin de semana con el Gran Premio de Austria en el Red Bull Ring, estará repleto de protocolos de salud como parte de la llamada nueva normalidad.
Todos los participantes deberán someterse a controles regulares de detección de COVID-19 durante el fin de semana, que se desarrollará a puertas cerradas. Además, el personal de cada equipo se verá reducido a 80 personas y los integrantes de cada uno se trasladarán individualmente o en pequeños grupos, siempre respetando el distanciamiento social. Obviamente, deberán usar tapabocas de manera obligatoria.
Las escuderías no llevarán sus motorhomes y, en su lugar, utilizarán carpas y las instalaciones propias de los autódromos. Como para seguir este protocolo los teams tendrán menos tiempo de trabajo de lo habitual, se decidió permitirles una hora extra de tareas el viernes y sábado.
También hubo un cambio de reglas en el tema de los neumáticos. En lugar de una libre elección de compuestos, ahora cada piloto recibirá dos juegos de duros, tres de medios y ocho de blandos.
Todas las reuniones entre pilotos, team-managers y autoridades deportivas se realizarán a través de Zoom. No habrá desfile de los competidores antes de la prueba, aunque sí serán entrevistados cada uno frente a su box. Mientras que en las grillas habrá menos personal afectado a la puesta en marcha del auto.
Por último, no habrá podio. La ceremonia de celebración se reemplazará con una entrega de premios en la recta principal del circuito.