El equipo Mercedes de Fórmula 1 ha dado a conocer de manera oficial su última creación, el Mercedes W15, un monoplaza diseñado para recobrar el protagonismo perdido en las últimas dos temporadas, las cuales solo les brindaron una victoria con George Russell en el GP de Brasil de 2022. Este vehículo marcará el cierre de una era, ya que será el último modelo que conduzca Lewis Hamilton, quien, a partir de 2025, se unirá a las filas de Ferrari.
El W15 recupera el icónico color de las Flechas de Plata en la parte superior de la trompa y la cabina del piloto, combinándolo con el distintivo verde agua de Petronas. El resto del coche mantiene el clásico negro, una elección fundamentada en la búsqueda de un ahorro de peso significativo.
James Allison, director técnico y cerebro detrás de los coches más exitosos en la era híbrida de la F1, lidera nuevamente el equipo técnico. La novedad más destacada se observa en el cambio del concepto Zero pod a un diseño más convencional, en línea con la tendencia marcada por Red Bull y su éxito con los fondos de efecto suelo.
Comparado con el coche de la temporada pasada, el W15 presenta cambios evidentes. La trompa mantiene su punta fina, pero ahora se ha recortado para alinearse con el segundo plano del alerón, siguiendo la tendencia general.
El equipo ha incorporado elementos del concepto de Red Bull en el inicio del suelo y los laterales, áreas que han sido un desafío dinámico para Mercedes en los últimos dos años. La entrada de aire de los radiadores muestra un diseño triangular único con un labio inferior descendente, diferenciándose de la del RB19.
La tapa del motor, como es característico en Mercedes, se reduce al máximo para optimizar la resistencia y mejorar el flujo sobre el difusor. En la parte trasera, las suspensiones cambian del pull-rod al push, siguiendo la tendencia marcada por Red Bull.
“No es solo un cambio de aerodinámica, sino muchos cambios mecánicos para hacer un coche más rápido y predecible para los pilotos. Veremos en Bahrein si lo hemos conseguido”, aseguró Toto Wolff, jefe del equipo.
El austríaco, además, reconoció la montaña que deben escalar para competir en la parte delantera, pero la ambición y determinación del equipo son fuertes. “Desde que se trazó este nuevo rumbo, el desarrollo ha progresado bien. Pronto veremos si hemos dado el paso que buscábamos”, señaló.
El Mercedes W15 representa un paso significativo en la evolución del equipo para enfrentar los retos de la próxima temporada. Con la despedida de Hamilton y la consolidación de Russell, Mercedes busca no solo victorias, sino también afirmar su presencia en la parrilla de la F.1.
La verdadera prueba de su desarrollo se vivirá en el GP de Bahrein del 2 de marzo, donde los aficionados y competidores podrán evaluar si los cambios mecánicos y aerodinámicos han impulsado al equipo a nuevos horizontes de competitividad.