Si bien el equipo Red Bull de Fórmula 1 se encararía de los motores Honda a partir de 2022, la Máxima tendrá tres fabricantes “tradicionales” como proveedores de unidades de potencia: Ferrari, Renault y Mercedes. Revertir esta situación es una de las metas que se puso Stefano Domenicali, quien es el flamante responsable del Mundial.
Una de las claves para lograr este objetivo es tener un motor que no sea excesivamente cara en su desarrollo, como sucede en la actualidad. Para contrarrestar esto se está pensando en una normativa no tan compleja que sea seductora para nuevas marcas. Si se llega a un acuerdo con las nuevas reglas el cambio se anticiparía en un año y de 2026 pasaría a 2025.
Por lo pronto, Domenicali ya adelantó que está en charlas con otras terminales. “Estamos en conversaciones con otros fabricantes. Por el momento, prefieren quedarse callados, pero la buena noticia es que hay nuevas empresas, muy importantes, que están muy interesadas en entender cuál es el valor que pueden llevar a casa utilizando la plataforma F.1”, explicó.
“No sólo en términos de tecnología, también en términos del valor de lo que la Fórmula 1 puede aportar al fabricante de automóviles”, añadió el ejecutivo, que ocupa el cargo que hasta el año pasado tenía Chase Carey.