Cuando le dijo “sí” a Toyota, el español Fernando Alonso sabía que tenía en sus manos la gran posibilidad de darle forma a un viejo anhelo: ser el segundo piloto en la historia en lograr la Triple Corona, un halago que solo logró el inglés Graham Hill al ganar el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, las 500 Millas de Indianápolis y las 24 Horas de Le Mans.
Nano, que se impuso en el Principado en 2006 y 2007, ya intentó inscribir su nombre en la lista de vencedores de las Indy 500 el año pasado, aunque no tuvo éxito por un problema mecánico en su auto. Pero esta vez en Le Mans no falló gracias a correr en el equipo más poderoso del WEC.
“Como piloto, ganar en estas citas históricas supone muchísimo. La Triple Corona sigue siendo un objetivo muy atractivo porque solamente un hombre en la historia lo ha hecho”, explicó el ibérico, que venció en el circuito de La Sarthe junto al suizo Sebastien Buemi y el japonés Kazuki Nakajima.
No obstante, la decisión de volver a Indianápolis aún no está tomada. “Después de ganar Le Mans, Indy está entre mis altas prioridades, veremos si vuelvo el año que viene o los siguientes”, añadió.
Alonso recortó casi dos minutos a sus compañeros del Toyota Nº 7, sus mayores rivales, después una penalización a Buemi. “Hubo un momento en la noche en el que tuvimos media hora de desconcierto. Nos vimos dos minutos y medio detrás y hubo un momento de pánico”, dijo el bicampeón de Fórmula 1, que no dudó en calificar este éxito como uno de los “más importantes” de su campaña deportiva.