No es un día más para el ambiente artístico y fierrero. Hoy falleció, a los 78 años, Jorge Ferreyra Basso, un reconocido ingeniero de la industria automotriz y gran artista plástico cuyas obras reflejaron grandes momentos de la historia del automovilismo argentino.
Jorge siempre aseguró que su pasión por el automóvil nació con él, en 1943, en Buenos Aires. Su vocación se vio satisfecha cuando en 1964 se constituyó en diseñador de Baufer, carroceros dedicados a la construcción de automóviles de competición. De su tablero salieron hitos como el Chevitú, el Chevitry y tantos otros. A los 24 años de edad, dejó sus estudios de 5º año de Ingeniería para ocupar la Gerencia de Diseño de General Motors Argentina.
Con sus pasteles y dibujos sobre automovilismo deportivo realiza en 1978 una exposición en el Hall Central del Automóvil Club Argentino, despidiéndose de su país y continuando su carrera en Alemania en el Centro de Diseño de Opel. Ya en Europa retomó su arte y desarrolló sus inquietudes por plasmar la velocidad y emoción.
Autor de más de 60 posters originales para diversos eventos: Mille Miglia y Targa Florio (Italia) Oldtimer GP Nürburgring, Langenburg Classic, Rally Wiesbaden (Alemania) California Mille, Monterrey Historics (USA) y, por supuesto, para las Mil Millas Sport (Argentina).
Desde su primer “vernissage” en los antiguos boxes de Nürburgring en 1983, expuso en Retromobile, Meadow Brook, Laguna Seca, Detroit (1994-1997), donde reorganizó y dirigió los Estudios de Colores, Tapizados y Diseño de asientos para todos los productos Chevrolet, Pontiac, Oldsmobile, Cadillac y GMC.
Se retiró como Chef Designer, Design Quality, General Motors Europa para regresar a su ciudad natal, Buenos Aires, y dedicar la mayor parte de su tiempo a seguir plasmando el vértigo en una tela y ver la puesta del sol desde su estudio que cambió por su amado DB4.