Después de ser grandes protagonistas de la edición 2019 de las 24 Horas de Le Mans el trío formado por el argentino José María López, el inglés Mike Conway y el japonés Kamui Kobayashi se quedó con las ganas de ganar la mítica prueba. No fue por un error conductivo de alguno de los pilotos, tampoco por una falla mecánica en plena carrera, sino por un sensor defectuoso…
Cuando restaba menos de una hora para ver la bandera de cuadros, López llevaba al Toyota TS050 HYBRID N° 7 hacia la victoria. Tenía poco más de dos minuto de ventaja sobre el nipón Kazuki Nakajima, detrás del volante del Toyota N° 8 que compartió con el español Fernando Alonso y el suizo Sebastien Buemi.
La pinchadura del neumático trasero derecho obligó a López a entrar a boxes. Los mecánicos del Toyota GAZOO Racing hicieron el cambio rápido, aunque equivocado por seguir las indicaciones de un sensor. En lugar de reemplazar la goma dañada cambiaron la delantera derecha.
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López volvió a la pista, pero completó la vuelta a un ritmo lento al percatarse que le habían cambiado la goma equivocada. Regresó a los boxes y esta vez la modificación se efectuó correctamente, aunque a esa altura Nakajima ya estaba adelante con varios segundos de ventaja sobre el argentino.
En Toyota pensaron en dar una orden de equipo para que el auto N° 7 se quedara con el triunfo después de haber realizado un trabajo soberbio, pero desistieron de hacerlo. “Lo pensamos, pero hacer algo así no hubiese sido lo correcto. Le Mans volvió a elegir al ganador”, le dijo Rob Leupen, director de Toyota Motorsport, a Autosport.
Respecto a la opción de cambiar las cuatro gomas también se analizó , pero los compuestos que quedaban estaban usados y se corría el riesgo de que no llegaran al final de la prueba…