El BMW 700 fue el auto que le permitió a la marca bávara recuperarse de la crisis financiera que tuvo en los ‘50. Fue tal su éxito que los alemanes permitieron su fabricación bajo licencia en varios países, incluyendo Bélgica, Israel y Argentina. Aquí la producción, que comenzó en 1959 y terminó en 1965, fue responsabilidad de Metalmecánica S.A.I.C. propiedad de Salvatore De Carlo. Y de ahí su nombre: De Carlo 700.
El pequeño auto de 3.540 mm de largo y con un bajo peso contaba con un motor de dos cilindros de 697 cc enfriado por aire con 30 CV y 50 Nm de torque asociado a caja manual de cuatro cambios con palanca al piso. Aceleraba de 0 a 100 km/h en 34 segundos y su velocidad máxima rondaba los 117 km/h.
“El De Carlo es un excepcional vehículo, ágil, ‘nervioso’, de suave y potente aceleración, frena muy bien y dobla muy bien”, lo definió la revista Parabrisas en un exhaustivo test que le hizo en 1963. Esas bondades le permitieron a la diminuta coupé destacarse también en la competición.
Su gran referente fue Rogelio Scaramella, originario de Bragado. Con este auto ganó los Grandes Premios de 1965 y 1966, además fue campeón argentino en 1964, 1965 y 1967 como piloto de la Scuderia Purapinta (un personaje de historieta).
Por eso muchos le preguntaron a Marcelo Pérez de Rosa si el auto con el que participa en la edición 2021 del Gran Premio Argentino Histórico organizado por el Automóvil Club Argentino era aquel que hizo famoso Coco Scaramella, aunque en realidad se trata de una réplica.
“En Bragado hay muchos autos emblemáticos, pero el de Scaramella es el más especial”, explica el coterráneo de aquel gran piloto de los ‘60. “Parece increíble, pero estos autos en su época llegaban a andar a 150 km/h en caminos de montaña”, le relata con entusiasmo a Automundo.
Aunque trata de representar al De Carlo que usó Scaramella, el vehículo fue aggiornado. Por ejemplo tiene encendido electrónico, algo impensado cuando fue creado. Francisco Suárez, acompañante de Pérez de Rosa, es también mecánico y fue el que se las ingenió para actualizar varias de sus piezas. “Hemos sufrido varios Grandes Premios…”, dice el piloto como para resumir los sinsabores de ediciones pasadas.
“Es un auto que llama mucho la atención por su tamaño. Te soy sincero, cuando los TC están al lado me dan miedo, pero como esto es regularidad tiene que respetar al chiquito”, completa el orgulloso propietario de esta coupé que ha tenido el lujo de tener en sus laterales el 101 y ser el primero en iniciar esta prueba relevante del automovilismo de regularidad.
LA CARRERA | ETAPA 3
El 18° GPAH disputó este miércoles la tercera etapa, que comenzó y finalizó en Potrero de los Funes con un recorrido de 288 kilómetros. La jornada se destacó por incluir un tramo de tierra, algo que hacía mucho tiempo no pasaba en esta competencia.
Tras el ripio de Estancia Grande los competidores pasaron por Potrerillos, La Toma, Dique de Saladillo y El Volcán. A diferencia del día anterior, el calor no fue tan agobiante gracias a que el cielo estuvo nublado.
La general volvió a cambiar de dueño. Ahora está en poder de Miguel Gómez Fernández. Atrás se ubican Carlos Lareu y Moisés Osman, quien lideraba hasta la segunda etapa. Algo que no cambia es el dominio de Peugeot, que hace 1-2-3 con los 404.
La carrera termina el jueves con la última etapa entre Potrero de Los Funes y Pergamino, donde se hará la premiación. Se utilizará buena parte de la Ruta 8, que suele ser problemática para los competidores que luchan por la victoria debido a la gran cantidad de camiones.
RESULTADOS