Bugatti cierra su proyecto más radical
La marca francesa completó la producción del Bolide, su máquina más salvaje para circuitos.
Bugatti acaba de cerrar uno de los proyectos más extremos de su historia reciente. Es que el Bugatti Bolide, ese hypercar creado solo para pista y limitado a 40 unidades, ya tiene su ejemplar final. Y el último dueño no es cualquiera. Se trata de un coleccionista íntimamente ligado al ADN de la marca, dueño de un Type 35 y de un Veyron Grand Sport que también fue el último de su línea.
La despedida del Bolide no es un simple “fin de producción”: es la clausura de una era en la que el motor W16 llevó al límite todo lo que Bugatti podía hacer sin restricciones.
UN PROYECTO QUE EMPEZÓ CON UNA PREGUNTA PELIGROSA
Todo comenzó en agosto de 2021, cuando Bugatti decidió intentar lo imposible: convertir el concepto What If del Bolide en un auto real. Desde ese día, la marca se obsesionó con crear un hypercar para pista que no solo fuera rápido, sino digno del apellido Bugatti.
Durante 2021, 2022 y 2023, el desarrollo avanzó con miles de horas de ingeniería, simulaciones, ajustes y pruebas. Cada decisión se revisó en función de una regla simple: si no es perfecto, no es Bugatti.
La validación llegó en un escenario que no admite excusas. En el centenario de las 24 Horas de Le Mans, el Bolide giró con el piloto oficial Andy Wallace al volante. Resultado: 350 km/h en la recta. Ese día, Bugatti entendió que el auto estaba listo para convertirse en leyenda.
Después vino el infierno del desarrollo: jornadas desde el amanecer hasta la madrugada, pruebas diarias, planificación milimétrica y un equipo que medía la inactividad en minutos. Así se forja un Bugatti.
EL BOLIDE FINAL: UN AUTO QUE UNE CIEN AÑOS DE HISTORIA
La última unidad entregada tiene una carga simbólica enorme. Su dueño pidió un esquema inspirado en su propio Type 35: Black Blue, Special Blue Lyonnais y un interior Lake Blue en Alcántara con costuras en Light Blue Sport.
No es solo un auto. Es un puente directo entre las carreras de los años 30, el Veyron que abrió la era moderna y este Bolide que cierra el capítulo del W16 para pista.
Bugatti celebró la entrega con una reunión íntima. Un gesto claro: hay autos… y hay autos que forman parte de la familia.
SOLO 40 UNIDADES: UNA DESPEDIDA SIN REPETICIÓN
Con el Bolide finalizado, Bugatti marca un punto y aparte. El motor W16 seguirá vivo un poco más con el Mistral, pero su capítulo más extremo termina aquí.
De esta manera, el Bolide queda como el proyecto más radical de Bugatti en lo técnico, la expresión final del W16 para pista y un hypercar que ya es pieza de colección antes de tocar una subasta.
EL ADIÓS DEL BOLIDE ES EL AVISO DE LO QUE VIENE
Con el Tourbillon y su V16 atmosférico híbrido, Bugatti arranca una era completamente nueva. Pero el Bolide deja un mensaje claro: esta marca no vive del pasado; lo usa como combustible.
En el mundo de los hypercars -cada vez más electrificados y regulados- el Bugatti Bolide queda como un testamento mecánico imposible de repetir. Ese será su verdadero valor.
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