El parabrisas es uno de los elementos de seguridad que más vidas ha salvado, pero en los últimos años se han lanzado muchos automóviles que carecen de este elemento protector. Se trata de una moda muy insegura e incómoda, un paso atrás en materia de seguridad, incluso si estos automóviles -que están homologados para circular por la calle- solo se usasen en un circuito cerrado y con casco.
Sentir el aire en la cara puede ser un ideal muy romántico, pero lo cierto es que para conducir estos coches es casi imprescindible emplear un casco, porque a partir de cierta velocidad el aire en los ojos no nos permitirá ver. Aunque llevemos casco a velocidades elevadas hay que tener un cuello muy fuerte para mantener la cabeza firme y soportar el empuje del aire sobre el casco. Y esos son solo algunos de los problemas que el conductor de este tipo de coches puede sufrir.
Es que, aunque parezca obvio, el parabrisas nos protege de los elementos (viento, lluvia, granizo, nieve o rayos UV), del aire frío o muy cálido, del polvo en suspensión… y también de la intrusión al habitáculo de objetos, que pueden ser desde una piedra “escupida” a gran velocidad por los neumáticos del vehículo que nos precede, hasta objetos más contundentes caídos de otros vehículos o arrastrados por el viento.
Pero el parabrisas, además, protege en caso de vuelco, actúa como apoyo del airbag del acompañante cuando éste se despliega y sirve de soporte a las cámaras y sensores de los sistemas de seguridad ADAS; elementos de seguridad que ninguno de estos automóviles puede equipar.
El Renault Sport Spider de 1996, un modelo creado para la competición que se vendía con o sin parabrisas, puede considerarse como el pionero de esta nueva moda. Pero es ahora cuando los deportivos sin parabrisas están viviendo su momento de esplendor. Todos ellos son deportivos de series limitadas, que ofrecen unos diseños “limpios” y espectaculares y prometen una experiencia de conducción más purista.
Sus sensaciones al volante rememoran las que sienten los pilotos de monoplazas y barquetas de competición, aunque muchos de estos coches de competición están empezando a emplear parabrisas o sistemas de seguridad equivalentes para evitar lesiones graves de los pilotos. Estos son diez modelos a la venta en la actualidad…
LAMBORGHINI SC20
Un coche tan único que ha sido diseñado y desarrollado siguiendo los deseos de un cliente. EL objetivo de Lamborghini era crear un deportivo extremo en su diseño y en sus prestaciones, con líneas inéditas y detalles exclusivos.
Según la marca, “la carrocería de fibra de carbono dirige los flujos de aire con gran eficiencia, lo que permite una conducción cómoda incluso a altas velocidades”. Monta un motor V12 con 770 CV. Ocho años antes, Lamborghini ya nos mostró un coche sin parabrisas con el Aventador de 2012. Este modelo disponía de dos pequeños deflectores para el viento, uno para el conductor y otro para el acompañante.
McLAREN ELVA
El McLaren más ligero jamás construido es capaz de alcanzar 200 km/h en 6,7 segundos. Eso sí, para alcanzar esas velocidades en circuito es imprescindible el uso de un casco… o encargar el coche con parabrisas (sin costo adicional). Según la marca, el sistema Active Air Management permite circular hasta 120 km/h sin casco de forma confortable. Este sistema succiona el aire, lo reconduce por el interior y lo expulsa a alta velocidad por las salidas situada en el capó. Esto crea una “cúpula” de aire virtual que evita que el viento entre en el habitáculo y moleste al conductor o al pasajero.
FERRARI MONZA SP1 Y SP2
Ferrari también se ha apuntado a esta moda con dos modelos de serie limitada para clientes y coleccionistas de sus deportivos: los Monza SP1 (monoplaza) y SP2 (biplaza) sin parabrisas. Son automóviles que persiguen el concepto Icona, que “conecta con el pasado a través del hilo conductor de los vehículos más evocadores de la historia de la marca”, según Ferrari.
“La visibilidad sin parabrisas ni montantes permite disfrutar de una entrada y salida de curva solo equiparable a la conseguida en un F1. El piloto así goza de una integración con un vehículo deportivo, y una sensación muy gratificante”, anuncia la marca. Estos modelos disponen de lo que la firma denomina “parabrisas virtual”, unos elementos aerodinámicos diseñados para desviar el flujo de aire de la cabeza del conductor. Parte del aire que fluye sobre el capó entra por una toma de aire, que lo acelera y dirige verticalmente por delante del cuadro de instrumentos. Se genera así un flujo de aire empujado hacia arriba que genera una bolsa de baja velocidad en torno a la cabina.
ASTON MARTIN V12 SPEEDSTER
Aston Martin ya había mostrado en 2013 el CC100 Speedster Concept sin parabrisas, inspirado en el DBR1 ganador de las 24 Horas de Le Mans. Pero el V12 Speedster es un modelo de producción, con una serie limitada de 88 unidades “que irán a parar a los garajes de coleccionistas de todo el mundo”, según la marca. Equipa un motor V12 de 700 CV que le permite acelerar de 0-100 km/h en 3,5 segundos y alcanzar una velocidad punta de 300 km/h.
LOTUS 3-ELEVEN 430
Solo se construirán 20 ejemplares del Lotus más radical, que delante del conductor solo tiene un deflector aerodinámico. Pesa 920 kilos y alcanza los 290 km/h.
DALLARA STRADALE
El primer automóvil de calle del fabricante de coches de competición Dallara no tiene parabrisas de serie, pero opcionalmente ofrece uno de policarbonato con un marco de fibra de carbono (16.600 euros), techo (7.700 euros) y puertas (7.300 euros). Tiene 400 CV de potencia.
ARIEL ATOM
Un coche de culto para los amantes de la conducción, capaz de superar a deportivos mucho más potentes por su extrema ligereza (612 kg) y afinado chasis. No solo carece de parabrisas; tampoco tiene techo, puertas, ventanas ni carrocería. Entre su lista de opcionales hay un minúsculo “aero screen” que deriva algo de viento de la cabeza del piloto.
CATERHAM SEVEN 620R i
El parabrisas también es un elemento opcional en este purista modelo, inspirado en el Lotus Seven de los años ’50. Pesa menos de 520 kilos y tiene más de 300 CV.
KTM X-BOW
El radical deportivo biplaza de KTM está pensado para disfrutarlo en un circuito, aunque está homologado para su uso en la vía pública. KTM recomienda utilizar casco para conducirlo, aunque no es obligatorio. Este modelo también dispone de una versión GT con un parabrisas de gran tamaño y ventanillas laterales. Dispone de un motor de 300 CV y solo pesa 847 kilos.
POLARIS SLINGSHOT S
Este artefacto de tres ruedas promete fuertes sensaciones, gracias a sus 178 CV y reducido peso. Es el más económico de la lista, pues su precio en Estados Unidos parte de los 19.999 dólares. Ofrece un parabrisas opcional.