La edición 46ª del Rally Dakar, que se disputará del 5 al 19 de enero en Arabia Saudita, trae consigo una medida inusual: la prohibición de llevar las banderas que identifica la nacionalidad de los participantes en sus vehículos. Este icónico rally, conocido como el más duro del mundo, celebrará su quinta edición consecutiva en el reino saudí, sin traspasar fronteras.
Aunque el Dakar ha demostrado su capacidad para garantizar la seguridad de los participantes en años anteriores, la organización, a cargo de la empresa francesa ASO, ha tomado esta medida inusual.
El reglamento deportivo de la Federación Internacional del Automóvil para el Rally Cross Country establece en su artículo 21.1 la obligatoriedad de mostrar las banderas nacionales de los pilotos en los vehículos. Sin embargo, un anexo al reglamento específico para el Dakar, en su artículo 6.3, es claro al indicar que “ninguna bandera está permitida junto al nombre del competidor”.
La ausencia de explicaciones por parte de la organización sobre esta decisión sugiere que esta modificación tiene un propósito claro: extremar las medidas de seguridad.
En 2022 el rally Dakar fue blanco de dos atentados terroristas, lo que ha llevado a ASO a tomar acciones decisivas para proteger a los participantes. Tal como se vio en la versión 2023 donde se hizo un gran operativo para salvaguardar a la caravana.
Tampoco hay que olvidar que parte de la carrera se desarrollará a unos 600 kilómetros de Gaza, una zona en conflicto desde hace más de un mes como consecuencia de los ataques del grupo terrorista Hamas a Israel.