En diez días, sobre el fantástico desierto de Arabia Saudita, se dará inicio a una nueva travesía del rally Dakar en la que será su 45ª edición. Dicha competencia suele ser el punto de partida para la trayectoria de los pilotos, pero en el caso del Julio Estanguet, la misma será la última vez a bordo del quad.
Tras lo que fue aquella visita a suelo sudamericano en 2009, el arquitecto cordobés decidió comenzar a competir de manera nacional e internacional.
Su primer Dakar fue en el 2010, donde finalizó 14°, tanto en 2014 como en 2016 debió abandonar en las primeras etapas; mientras que en 2019 obtuvo su mejor marca dentro del rally: octavo en la general y segundo dentro de su categoría.
En esta edición del Dakar, que será su quinta participación, el cordobés correrá en la categoría cuatriciclos con un Can-Am Renegade 850 al que denominó cómo Mamba Negra debido a su color.
“Desde hace un tiempo vengo pensando en darle un cierre a mi carrera deportiva de casi 15 años y nada mejor que hacerlo en el Dakar, al más alto nivel. Estoy seguro que seguiré vinculado al deporte, pero desde otro lugar, en otro proyecto…”, afirmó Estanguet, que estará apoyado por su propia estructura.
“La edición 2023 será una prueba más parecida al Dakar africano. El recorrido no tocará ciudades, tendrá largas etapas y enlaces más cortos… Me parece un acierto de la organización el tema de la navegación desdoblada ya que mi punto fuerte es precisamente la navegación, lo que me permite compensar el hecho de que mi quad sea un poco más lento. Tengo una estrategia ya pensada: ir de menos a más, concentrado en la navegación y buscando un ritmo constante”, dijo.
Estanguet tiene en claro que es su última competencia y es por eso que su objetivo principal es poder llegar al final de la carrera aunque si puede batir su mejor resultado, mucho mejor. “Eso me haría feliz”, culminó.