Las fotos de esta nota fueron realizada con un Motorola Edge 30 Fusion.
El chaqueño Carlos Verza, conocido como “El Yaguareté del Dakar” en el mundo de la competición, es un verdadero sobreviviente de la carrera más dura del mundo. Desde su debut en 2015 ha participado varias veces y siempre ha llegado a la meta, salvo en 2016.
Desde 2019, Verza compite en la categoría Original by Motul (sin asistencia) y se enorgullece de ser el único que llegó en todas estas ediciones desde entonces trabajando incansablemente en la reparación de su vehículo y durmiendo poco en su carpa.
Eso lo demostró, una vez más, tras la tortuosa segunda etapa del Dakar 2023 que lo tuvo 14 horas manejando desde el Sea Camp hasta Al-Ula. “Hubo muchísimas piedras para mi gusto. La pasé mejor navegando a la noche acá en las dunas pues a causa de tantas piedras me retrasé y llegué a las ocho de la noche al campamento. Realmente disfrute más el pedacito de duna en la noche que andando todo el día… La verdad que en las piedras lo único que hice fue tratar de no romper tanto al cuatri”, se sinceró ante Automundo.
Pero ya desde la primera noche durmió poco debido a un inconveniente en la primera etapa. “En la ruta me pasó algo insólito, se abrió la cadena de transmisión y eso me demoró dos horas al costado de la ruta hasta que reparé. Jamás me había pasado algo así…”, agrega.
Tras reparar su quad cerca de la medianoche en Al-Ula y dejarlo listo para la tercera etapa, Verza durmió solo tres horas ya que a las cinco de la mañana debió entregarle sus pertenencias al camión que transporta todo el material de los pilotos Originals.
“Me alcanza para recuperarme. Vengo preparado porque sé que el Dakar es así”, asegura Carlos Verza, uno de los pocos que se anima a enfrentar esta competencia tan particular sin más ayuda que las de sus propias manos.