MINI afrontó el reto del Dakar 2019 con dos coches muy diferentes que interpretan el estilo de la marca cada uno a su manera: los MINI John Cooper Works Buggy y John Cooper Works Rally. Con una competitividad sobradamente demostrada y bajo la gestión del equipo X-Raid, MINI apostó por dos configuraciones mecánicas distintas, cada una con sus fortalezas.
El MINI John Cooper Works Buggy debutó en el Dakar en 2018 y tras esa primera participación, que se tomó a modo de prueba, este año se alistaron tres unidades para el español Carlos Sainz y los franceses Stéphane Peterhansel y Cyril Despres.
El MINI John Cooper Works Rally se lanzó en 2016 y sustituyó al MINI ALL4 Racing cuatro veces ganador del Dakar (2012, 2013, 2014 y 2015). Con un centro de gravedad más bajo, chasis renovado y mejor maniobrabilidad, esta base ha sido evolucionada año tras año y su competitividad ha quedado demostrada en 2019 con la victoria en la Copa Mundial de Rally Cross-Country de la FIA. El español Nani Roma, el polaco Jakub “Kuba” Przygonski, el saudí Yazeel Al-Rajhi, el argentino Orlando Terranova y el chileno Boris Garafulic son sus pilotos.
Ambos prototipos diseñados para la competición cumplen con las normas técnicas y de seguridad de la Federación Internacional del Automóvil y se engloban en la categoría de vehículos denominada T1. La base de ambos es un chasis tubular que aloja los componentes mecánicos y de seguridad, y sobre el que se monta una carrocería de fibra de carbono. Pero dentro de esta reglamentación hay grandes diferencias entre los coches con tracción a las cuatro ruedas (4×4) y los de tracción a un solo eje (4×2), que hace que los automóviles sean completamente diferentes. El reglamento intenta equilibrar las prestaciones de ambos, compensando la menor capacidad de tracción del 4×2, con ventajas en otros terrenos, como las suspensiones, neumáticos, pesos o dimensiones, entre otros.
¿DÓNDE ESTÁN LAS DIFERENCIAS?
Los dos MINI del Dakar tiene un motor basado en el propulsor de producción BMW 50d, pero modificado para cumplir con las exigencias de los rallys off-road y con la reglamentación, que obliga a montar una brida de 39 mm que limita la entrada de aire a la admisión.
Cada motor destinado al coche del Dakar se montó a mano en BMW Steyr. Sólo se utilizaron piezas de serie, que se calibraron antes del montaje para un perfecto equilibrio de pesos. En cuanto a las cajas de cambio, ambas son secuenciales de seis velocidades, construidas por X-Trac en el Buggy y por Sadev en el Rally, que tiene diferenciales inteligentes en ambos ejes para el sistema de tracción a las cuatro ruedas.
Además de la tracción total, las otras dos grandes ventajas del MINI John Cooper Works Rally son que lleva tres ruedas de repuesto (dos en el buggy) y que ofrece una mejor visibilidad, algo muy importante para detectar a tiempo las trampas y obstáculos de los rallies todo terreno. A partir de aquí, todo son ventajas para el buggy.
El reglamento permite al MINI John Cooper Works Buggy un peso mínimo inferior (1.675 kilos, por los 1.850 kilos del 4×4) y un mejor reparto. Y es que en el MINI John Cooper Works Rally los depósitos deben ir por detrás del arco antivuelco que está a la espalda de los ocupantes, y el motor debe estar alojado en la mitad delantera del vehículo. En el Buggy los depósitos de combustible pueden ir bajo los asientos, lo que mejora el centro de gravedad. Y el motor puede ser central trasero, lo que facilita un reparto de pesos más equilibrado.
Otra de las grandes ventajas del Buggy es que puede montar unas suspensiones con mayores recorridos y unos neumáticos de mayores dimensiones. En el MINI John Cooper Works Rally los recorridos de las suspensiones están limitados a 280 mm y las llantas tienen que ser de 16 pulgadas, con un diámetro máximo de rueda de 810 mm (de 17 pulgadas y un diámetro máximo de 940 mm. en el 4×2). Además, el buggy se beneficia de un elemento muy eficaz en la arena y las dunas, pues puede equipar un sistema de inflado y desinflado de neumáticos desde el habitáculo; mientras que los pilotos de los 4×4 tienen que bajarse del coche y realizar esta operación manualmente, con la consiguiente pérdida de tiempo.
Por último, el MINI John Cooper Works Buggy aprovecha un mayor ancho (2.200 mm por los 2.000 de su “hermano”) y distancia entre ejes (3.100 mm, 2.900 mm. en el Rally).
“La mayor ventaja del buggy es en pista abierta. Y en las dunas también va mejor, aunque este año no hay tanta diferencia como el año pasado por las mejoras que hemos introducido. Eso sí, si cometen un error les resultará más difícil salir del atolladero que con el 4×4 y pueden perder mucho tiempo”, explica Roma. Para el piloto español, “no es el Dakar perfecto para un 4×4 porque hay mucho fuera pista y los buggies son un poco más competitivos, por las suspensiones y las ruedas más grandes, pero tenemos un coche que es muy robusto y rápido. Si no ganamos, no será por coche”.
Mientras que Sainz destacó: “Los dos ruedas motrices tienen más diámetro de neumático y recorrido de suspensión, y el sistema de inflado y desinflado; y eso ayuda. Pero también es cierto que al ser etapas claramente de dunas, los 4×4 pueden adecuar sus presiones desde la salida de la etapa y acortar un poco esa ventaja”.
Dos MINI con conceptos totalmente diferentes, aunque con un mismo objetivo: ganar la carrera más dura del mundo.