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Dakar

Jorge Martínez Boero: el argentino que protagonizó una historia sobrenatural y tierna a la vez

El motociclista argentino falleció en el inicio de la edición 2012 y se le apareció a su hija para despedirse.

El amor de un padre por su hijo es una de las cosas más poderosas y puras que existen en este mundo. Es un amor que traspasa barreras, que supera todas las dificultades y que incluso puede sobrevivir a la muerte. Es un amor que se refleja en cada gesto, en cada acción y en cada palabra. Y es un amor que se hace aún más evidente en momentos de crisis y dificultad.

Este es el caso de la historia de Jorge Martínez Boero, un piloto argentino que largó el Dakar 2012 con la ilusión de llegar a la meta para regalarle a Felicitas, su hija de cuatro años, la medalla por su participación en la exigente carrera.

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Jorgito, como era conocido, era un hombre apasionado por el mundo de las carreras y se sentía profundamente conectado con el ambiente de camaradería y amistad que se respiraba en los campamentos dakarianos. Además, quería honrar a su padre, campeón de Turismo Carretera en 1982.

Jorge Martinez Boero

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Aquel 1 de enero de 2012, Martínez Boero comenzó su segundo Dakar sobre una Beta que tenía el número 175 en su dorsal. Tenía varios objetivos: donar alimentos al final de cada etapa como parte del Dakar Solidario, una iniciativa que compartía con su compatriota Pablo Copetti; honrar a su padre en el vigésimo aniversario de aquel título de TC y llevarse la medalla que se les otorga a los que terminan la carrera para dársela como regalo a Felicitas, su hija de cuatro años. Aunque en 2011 solo había disputado seis etapas, se sentía con la suficiente experiencia para terminar.

Aceleró su moto a fondo y allá fue en busca de su sueño. Pero en el kilómetro 55 de la primera etapa, en el trayecto que iba de Necochea a Energía, sucedió lo impensado. “Ese día yo partí primero y él lo hizo 17 puestos atrás. Faltando poco más de un kilómetro, me alcanzó en una recta larga y se puso a la izquierda para no tirarme polvo. Unos 200 metros más adelante veo que su moto va de lado a lado y pega contra una cuneta. Vuela unos 20 o 25 metros. Fue un porrazo fortísimo, a 130 km/h”, relató el peruano Carlo Velutino, testigo del accidente del argentino.

Velutino se detuvo y lo auxilió. También llamó a la organización, que inmediatamente puso en marcha el operativo de sanidad. Mientras esperaba el helicóptero con los médicos, Carlo movió a Jorge, que estaba en una posición incómoda. “Justo llegó una mujer francesa en una camioneta de la organización y le desabrochamos el casco y la chaqueta. Le dije que se quedara tranquilo. Como cerró los ojos, pensé que se había desmayado… En ese instante aterrizó el helicóptero y vinieron tres médicos. Le dieron los primeros auxilios y yo me retiré a un costado. Ahí me dijeron que siguiera porque ya estaban ellos. Me fui pensando: ‘Qué caída; ojalá se recupere pronto’. No imaginé nunca lo peor”.

Según el parte de la organización, el accidente ocurrió a las 10.19. En el texto también se indicó que Jorge Martínez Boero “fue asistido a los cinco minutos en el helicóptero de emergencias por personal médico, quienes no lograron reanimarlo”. La causa de su muerte fue un paro cardíaco, que tuvo como consecuencia de la caída. Se había ido un gran tipo… Se había ido un gran padre.

Eran las 10.30 de aquel domingo 1 de enero de 2012. Felicitas, extrañamente, ya estaba levantada pese a que se había acostado tarde después de disfrutar la noche con sus padres. Belén, su mamá, escuchaba que dialogaba con alguien.

“¿Con quién hablás”, le dijo. “Con papá”, le respondió la pequeña. “Pero Felicitas, si sabés que papi se fue a correr al Dakar”, le recordó su madre. “No, papá vino a decirme que se iba al cielo con el abuelo”, le retrucó la nena. Minutos después de aquella charla sonó el teléfono. Eran de la organización del Dakar. Belén se quedó paralizada cuando esa voz le dijo que Jorge, su marido, había tenido un accidente y había fallecido…

El amor de un padre por su hijo no conoce límites. Sobrepasa las distancias, las fronteras, la vida misma. Y Felicitas Martínez Boero lo sabe…

Nota: Todo lo que aquí se cuenta fue relatado por amigos de Jorge Martínez Boero y confirmado por Belén, su esposa.

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Diego Durruty

Soy un periodista con más de 30 años en el ruedo. Arranqué en revistas como CORSA, El Gráfico, Coequipier y SóloTC, pero también me aventuré en el mundo digital en SportsYa!, e-driver.com y kmcero.com. Si eso no te sorprende, también me escuchaste en las radios Rock&Pop y Vorterix.com. Ah, y no puedo olvidar mis coberturas del rally Dakar para la agencia alemana dpa. Hoy en día escribo en Automundo.com.ar y para que no se me escape nada, también conduzco el magazine Dos Tipos Audaces (Spotify, YouTube y Campeones Radio). ¡No hay quién me pare, amigo!

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