En la búsqueda de desarrollar motores más eficientes y hacer que la conducción sea más ágil surgió la transmisión automática de doble embargue. Básicamente este tipo de caja combina las ventajas de una transmisión automática con la eficiencia de un cambio manual.
Lo que hacen las transmisiones de doble embrague es, como su nombre lo dice, equipar dos embragues multidisco que controlan diferentes marchas. Por ejemplo, el embrague K1, de mayor tamaño, transmite el par motor a través de un eje macizo a los engranajes de las marchas impares 1, 3, 5 y 7.
Por su parte, el embrague K2, que está situado bien en paralelo al K1, o bien en su interior, opera los engranajes de las marchas pares 2, 4 y 6, así como la marcha atrás. En el accionamiento ambas subunidades de transmisión están continuamente activas, pero sólo una de ellas conectada al motor en un momento dado.
Por ejemplo, cuando se acelera en tercera, la cuarta ya está engranada en la segunda estructura de la transmisión. Cada proceso de cambio tiene lugar a medida que entra en juego cada uno de los embragues: el K1 se desacopla y entra en acción el K2, operación que se realiza en solo unas décimas de segundo y sin interrupción de la fuerza.
El primer auto de serie en emplear una transmisión automática de doble embrague fue el VW Golf R32 del 2003. Esta transmisión fue fabricada por Volkswagen con licencia de Borg-Warner.
A pesar de estos cambios constantes, las transmisiones de doble embrague tienen la bondad de pasar de una marcha a otra de forma tan dinámica, fluida y cómoda que el cambio apenas es perceptible para el conductor. Incluso también son más rápidas. Algunos proveedores han hecho estudios para comprobar que ningún piloto experimentado podría hacer los cambios de una manera tan veloz, exacta e imperceptible como lo hace este desarrollo de la ingeniería.
Además de contener dos embragues, la caja DSG contiene un módulo mecatrónico, un sistema electrónico y actuadores hidráulicos. Gracias al trabajo de cada uno de ellos es posible modificar la velocidad con la que cambian las marchas y controlara con exactitud la fuerza necesaria.
Sobre los tipos de embrague utilizado, existen los lubricados por aceite y los secos. Los embragues húmedos ayudan a enfriar el sistema bajo alta demanda, en especial transmisiones de alto rendimiento.
Sin embargo, el principal problema de las cajas de doble embrague es que son costosas y sofisticadas, lo que en algunos modelos no las ha hecho muy confiables. Además, no todas son lo suficientemente robustas para aguantar cifras muy altas de torque, razón por la cual algunos fabricantes han seguido optando por cajas automáticas convencionales.
Con el tiempo se ha visto perfeccionamiento en este campo, mientras que otros fabricantes que querían apostar por los beneficios en consumo de estas cajas, han decantado por el formato CVT a expensas de una baja en la performance dinámica.