El día que Ayrton Senna fue profeta en su tierra

Después del triunfo logrado en las calles de Phoenix, durante la apertura del torneo 1991 de la Fórmula 1, Ayrton Senna viajó a su Brasil natal para descansar unos días en su finca de Angra dos Reis y, de paso, llenarse de energía para el Gran Premio de su país, ése que aún era una materia pendiente.

Pasó los días acompañado por el austríaco Gerhard Berger, su compañero en McLaren. Y pese a que buscaba tranquilidad no la encontró. Un fotógrafo del diario Folha do São Paulo se metió en su intimidad, pero terminó con su cámara fotográfica en el mar arrojada por el propio Ayrton.

La previa del vigésimo Gran Premio de Brasil, celebrado el 24 de marzo, estuvo repleta de emociones para el bicampeón. El 20 participó de la ceremonia en la que se le puso su nombre al kartódromo de Interlagos y al día siguiente, en el paddock del circuito, celebró su 31° cumpleaños junto a su familia. Entre los muchos regalos recibió uno de alguien especial, el mismísimo Bernie Ecclestone, jefe de la categoría y quien sentía un aprecio especial por el brasileño.

Hasta ese momento la victoria en “su” GP era algo que desesperaba a Senna. Lo más cerca que había estado de ganar había sido en 1986 cuando en Río de Janeiro terminó segundo detrás de su compatriota Nelson Piquet. También había subido al podio en 1990 gracias a su tercer puesto. Las restantes presentaciones terminaron en abandonos y hasta en exclusión (en 1988, por cambiar al muletto después de que se ondeara la bandera verde en la vuelta previa). Para colmo el francés Alain Prost, su archirrival, ya había ganado esta carrera seis veces…

Senna mostró su firme intención de cortar la racha adversa en la clasificación. El 1m16s392 a 203,817 km/h le permitió lograr su 54° pole position y mejorar en un segundo el registro del año anterior. No obstante, no le sacó demasiado a sus escoltas: 3/10 al italiano Riccardo Patrese y 4/10 al inglés Nigel Mansell, ambos de Williams.

La lluvia que había sido una constante en los días previos también se hizo presente el domingo. Un pequeño aguacero cayó durante la vuelta de formación, aunque el viento se hizo cargo de sacarle la humedad a la pista.

Senna mantuvo el liderzazo en la largada y estuvo al frente del pelotón durante toda la carrera, incluso bajo la lluvia. Pero la victoria no fue fácil. Su McLaren, que tan confiable se había mostrado en los días previos, sufrió serios problemas de caja de cambios que exigieron al máximo al brasileño, que no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de ganar.

Primero se quedó sin la cuarta velocidad. Después perdió la tercera y la quinta; algo que lo obligó a hacer la parte final del Gran Premio en sexta. Así, en inferioridad de condiciones técnicas, defendió la punta de los embates de Mansell y de Patrese.

Senna cruzó victorioso la meta, pero desecho por el esfuerzo físico ya que en varios momentos manejó con una mano y con la otra sostuvo la palanca de cambios para evitar que saltara. Estaba tan agotado que ni siquiera pudo ondear la bandera brasileña que le alcanzaron los auxiliares de pista. Los médicos lo asistieron dentro del vehículo, detenido en un sector de la pista en plena vuelta de honor.

Después de varios minutos, Senna salió de su McLaren, se subió al Doctor Car y se fue hacia el podio. En la preciada tarima, elevó como pudo la bandera de su país y también hizo un gran sacrificio para mostrar el trofeo que tantas veces se le había negado.

“Creo que entré en lo desconocido del ser humano”, dijo Senna cuando le tocó contar las sensaciones de su triunfo tan especial. “Un día como este, un fin de semana como este, con tanta presión, con tanto calor que viene de la afición que grita tu nombre y que baila para ti… Te lleva a otro mundo”, agregó.

Después comentó las pericias que hizo para ganar. “A veinte vueltas de la meta, las pequeñas alertas que encontré con mi caja se convirtieron en grandes problemas. La 3ª empezó a saltar, luego la 5ª… Al principio, sujetando la palanca, logré mantener el ritmo. Cuando Mansell cambió los neumáticos por segunda vez pensé que podía respirar un poco. Pero no, fue una locura esta historia. Decidí utilizar la 6ª y mantenerla. No sabía qué hacer. Pasaba de 300 a 70 km/h solo con el freno y con el motor empujándome y sacándome de la trayectoria ideal. Pensé que estaba jodido, pero lo aguanté. ¿Cómo hice algo como esto?”. Nadie pudo responderle esa pregunta…

Con esta segunda victoria consecutiva, Senna se afianzó al frente del campeonato con 20 puntos, once más que Prost, quien había llevado su Ferrari a un cuarto pálido puesto. “Hay que revisar el chasis y el motor… Mientras conduzca un coche que sea bueno en el la vuelta previa y malo en la carrera, no vamos a llegar a ningún lado”, disparó el galo. En la Scuderia se hicieron cargo y a los pocos días hubo una reunión multitudinaria en Maranello para tratar de encontrarle solución al pésimo rendimiento del modelo 642.

Después de la excursión al continente americano, la Fórmula 1 cruzó el Atlántico para iniciar con su extenso periplo europeo con el Gran Premio de San Marino fechado para el 24 de abril.

GRAN PREMIO DE BRASIL 1991

PROMEDIO: 187,110 km/h. RÉCORD DE VUELTA: Mansell, en la 35°, en 1:20.436/1000 a 193,570 km/h. CAMPEONATO DE PILOTOS: 1) Senna, 20 puntos; 2) Prost, 9; 3) Patrese y Piquet, 6; 5) Berger, 4; 6) Modena, 3; 7) Nakajima, 2; 8) Suzuki y Alesi, 1. COPA DE CONSTRUCTORES: 1) McLaren, 24 puntos; 2) Ferrari, 10; 3) Benetton y Williams, 6; 5) Tyrrell, 5; 6) Lola, 1.