“Advertencia: El deporte motor puede ser peligroso”. Esa frase se destaca en las acreditaciones de prensa del Rally de Argentina. Se trata de un recordatorio de algo que los periodistas y fotógrafos siempre deben tener en cuenta al momento de ir a la ruta, como así también el público que se reúne de a miles en los caminos de Córdoba para ver de cerca de los WRC.
Si bien en la previa de la carrera la organización se encarga de machacar los peligros de no ser precavido y en todo momento destaca que existen lugares habilitados (delimitados con cintas amarillas) y prohibidos (marcados con cintas rojas), el público no siempre respeta estas indicaciones. Y eso se pudo apreciar con el vuelco del finlandés Esapekka Lappi en el último especial del viernes.
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Unos videos que primero circularon por Whatsapp y que luego llegaron a las redes sociales muestran como el Citroën del nórdico pasó a centímetros de la cabeza de un niño y del propio autor de la filmación, quienes salvaron sus vidas de milagro. El C3 WRC de Lappi dio varios tumbos y terminó muy cerca de otras personas, que también estaban mal ubicadas en el camino.
En ese sector no había cinta roja, ni amarilla, pero estas personas estaban ubicadas del lado externo de la curva, algo que jamás se debe hacer justamente porque es muy posible -como sucedió- que al momento de un incidente el auto siempre se vaya para ese lado.
“Nosotros estamos bien, pero los espectadores, ¡por favor! Mantengan una distancia del límite del camino. Nuestros autos son muy seguros y ustedes muy afortunados”, dijo Lappi tras observar uno de esos videos del accidente.
Fue un susto y -a la vez- un llamado de atención. El rally es una disciplina demasiado imprevisible, pero se puede disfrutar de una manera sencilla: siendo precavido y respetando las indicaciones de los organizadores.