Los nuevos modelos de Volvo que salen de las plantas del fabricante sueco tienen limitada su velocidad máxima a 180 km/h, una medida con la que quiere contribuir a la reducción de los accidentes de tráfico y a las heridas que en ellos se registran.
Volvo se ha fijado para 2020 que ningún pasajero a bordo de uno de sus modelos nuevos muera o sufra graves lesiones en un siniestro de tráfico.
Para conseguirlo ha comenzado a introducir esa limitación de velocidad, anunciada el año pasado, a pesar de que es consciente de que puede perder “clientes potenciales”.
Sin embargo, la marca sueca considera que, “por encima de ciertas velocidades”, las tecnologías de seguridad no son suficientes para evitar lesiones graves y muertes en caso de accidente.
Por ello, junto a la limitación de velocidad que incorporan de fábrica, los Volvo también disponen de la función Care key, que permite al propietario adaptar a los diferentes usuarios de su vehículo, por ejemplo sus hijos, la velocidad máxima a la que van a poder circular.
“El límite de velocidad y Care Key ayudan a las personas a reflexionar y darse cuenta de que el exceso de velocidad es peligroso, al tiempo que proporciona una mayor tranquilidad y respalda un mejor comportamiento del conductor”, según Malin Ekholm, jefe del Centro de Seguridad de Volvo Cars.
En su opinión, un fabricante de automóviles tiene la responsabilidad de ayudar a mejorar la seguridad en el tráfico y la tecnología de Volvo se ajusta a ese pensamiento.