De acuerdo con una investigación de Bain & Company, a raíz de la guerra en Ucrania, que ha acelerado los esfuerzos de muchos países en el mundo por implementar ambiciosos objetivos de energía verde y han apoyado la transición a los vehículos eléctricos para reducir aún más su dependencia del petróleo y el gas ruso, este sector estaría listo para remodelar la industria automotriz y de movilidad más rápido de lo previsto, especialmente en Europa, Estados Unidos y China.
Para 2030, por ejemplo, se prevé que los vehículos eléctricos representen el 55% de las ventas totales de automóviles en Europa, en comparación con el 40% en China y el 32% en los Estados Unidos.
Los pronósticos de la consultora asegura que el grupo de beneficios para el sector de carga de vehículos eléctricos en estos mercados crecería hasta 13.5 mil millones de euros para 2030, de los cuales 6 mil millones de euros provendrían de los Estados Unidos, 5 mil millones de euros de la Unión Europea y 2.5 mil millones de euros de China.
“La próxima década no tendrá precedentes para el ecosistema de carga de vehículos eléctricos en todo el mundo y los empresarios se están moviendo rápidamente para construir asociaciones que aseguren los servicio de carga y la permanencia en el tiempo de este negocio, visualizando desde ya, escenarios que les permitirán pivotar rápidamente cuando cambien los comportamientos o las regulaciones de los consumidores”, dijo Alejandro Pérez de Rosso, Managing Partner de Bain & Company.
Para los expertos de Bain, a corto plazo la inversión fluirá hacia la construcción de la infraestructura requerida y la rentabilidad dependerá de la capacidad de lograr altas tasas de utilización, generar en este sector requerirá de una gran inversión de capital en una red de estaciones de carga convenientes, confiables y rápidas (más de 150 kilovatios) que brinden una excelente experiencia al cliente.
Mientras que en el futuro, las ganancias para la carga de los vehículos en el hogar y el trabajo, probablemente estarán vinculadas a los servicios de energía inteligente de próxima generación, incluida la carga de vehículos a la red eléctrica y al hogar. “Estos servicios representarán aproximadamente un tercio del conjunto total de ganancias para 2030, volviéndose cada vez más importantes a medida que crece el volumen de energía solar y eólica, permitiendo a las compañías eléctricas aprovechar la capacidad de almacenamiento en las baterías de los automóviles para equilibrar mejor la oferta y la demanda”, explicó Perez de Rosso.
Por otro lado, los mercados de carga de vehículos eléctricos en Europa, Estados Unidos y China diferirán en función de la cuota de ventas de automóviles eléctricos, los hábitos locales de conducción y carga, el tipo de vivienda predominante y la regulación del mercado.
Finalmente, la regulación también desempeñará un papel importante en el desarrollo del mercado de servicios energéticos inteligentes, la diversidad de leyes en los Estados Unidos afectará significativamente las estrategias de servicios de vehículo a red y podría retrasar la adopción generalizada; la UE tiene como objetivo crear un marco político para mejorar el almacenamiento de energía y ampliar los servicios, mientras que el mercado de China seguirá estando fuertemente regulado y concentrado. “Estas condiciones probablemente acelerarán el desarrollo de servicios de energía inteligente”, concluyó Pérez de Rosso.
