Como todos los deportes, el automovilismo siempre da revancha. Si llevamos esa frase al mundo de la Fórmula 1 el desquite solía llegar a la semana siguiente, en el mejor de los casos. Pero la edición 2021 del Gran Premio de Gran Bretaña hizo cambiar eso debido a su formato de doble carrera, la primera de las cuales se disputó el sábado y sirvió para definir la grilla de partida de la segunda que se realizó el domingo.
Es decir que por primera vez en su historia la Fórmula 1 disputó dos competencias en menos de 24 horas y para muchos, como Lewis Hamilton, la revancha llegó tan rápido que el ansia por el desquite podría haber provocado un exceso de vehemencia al momento de luchar la primera posición con Max Verstappen.
Este dato no se debe pasar por alto, como así tampoco la emotividad que tuvo el GP para el piloto de Mercedes por correr de local. Aunque eso no justifica su maniobra que fue castigada con 10 segundos de penalización, algo que pareció poco debido a las consecuencias…
Pero hagamos una recapitulación de lo sucedido. El viernes Hamilton volvió a encabezar una clasificación después de seis fechas ya que su última pole, la centésima en su campaña; había sido en el GP de España.
Sin embargo, haber sido el más rápido tuvo un sabor atípico para Sir Lewis porque con este formato el ganador del sprint sabatino es reconocido como el poleman, algo que se debería cambiar en el futuro para darle relevancia al único momento del fin de semana en el que el piloto se mide contra el cronómetro.
Justo ese resurgir de Hamilton se dio ante un autódromo de Silverstone repleto de fanáticos que, con su aliento, llenaron aún más de energías al siete veces campeón. Sin dudas, todos esos aplausos fueron un combustible extra como para ir por la victoria el sábado.
Sin embargo, el triunfo se le escapó porque el neerlandés le atinó un certero golpe a su ilusión dejándolo en ridículo en el momento de la largada. El de Red Bull partió como un cohete, que después resultó inalcanzable.
Solo hay que ponerse en la piel de Hamilton. Era obvio que al día siguiente iba a tratar de revertir la situación sin tener que esperar una o dos semanas para hacerlo, como suele suceder. Salió con el cuchillo entre los dientes, como también lo hizo Verstappen, que estaba en todo su derecho de defender el primer puesto.
Aunque no terminó bien, esa vuelta antológica con Hamilton y Verstappen enfrascados en una frenética lucha será recordada por un buen tiempo. Y tal vez en mucho tenga que ver este formato a prueba que permite tener dos carreras de Fórmula 1 en menos de 24 horas con todo lo que eso significa cuando lo que está en juego es un campeonato.
