En el Turismo Carretera, las decisiones de la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC) marcan el destino de sus pilotos. Uno de los casos más recientes -y controvertidos- es el de Jonatan Castellano, quien desde hace tiempo anhela correr con Ford, como lo hizo su padre. Sin embargo, según lo revelado en una entrevista con Campeones, la ACTC ha impuesto un requisito inesperado y, para muchos, injusto: Castellano debe primero correr con un Dodge Challenger antes de tener la autorización para subirse a un Mustang.
En palabras del propio Castellano: “Juan Garro (NdeR: propietario del SAP Team) consultó para saber si me podían hacer un Mustang. Pero le dijeron que no, que yo tengo que pasar primero por el Challenger si es que quiero hacer un cambio de marca”.
Esta imposición ha generado críticas en la comunidad del TC, pues obliga a Castellano a adaptarse a un auto que, actualmente, no ofrece el rendimiento deseado en comparación con los otros modelos de nueva generación. “Sí o sí primero el Challenger para después tener la posibilidad de tener el pase”, agregó resignado el Pinchito, que desde que está en la categoría siempre ha corrido con Dodge.
Esta decisión de la ACTC está orientada a forzar la funcionalidad del Challenger, algo que Castellano reconoce. “Es real la intención de la técnica de que el Challenger funcione. Otro de los puntos fuertes es que le dieron el difusor que generaría mucha más carga en el auto. Eso nos convencería un poco a iniciar el proyecto”…
Esta no es la primera vez que la ACTC condiciona el futuro de un piloto. En su momento Matías Rossi solicitó correr con un Chevrolet este año, pero el presidente de la entidad, Hugo Mazzacane, le indicó que solo obtendría el permiso si corría en la TC Pick-Up. Esta condición no coincidía con los planes de Rossi, quien también quería competir en el TC2000, resultando en la pérdida de uno de los pilotos más convocantes para el TC este año.
En el caso de Castellano, esta imposición de correr con un Challenger antes de poder cumplir su objetivo real de correr con un Mustang refleja una realidad preocupante, aunque son pocos los que la mencionan: la ACTC prioriza sus propios intereses sobre los deseos y carreras de los pilotos que forman la esencia del Turismo Carretera.