Ahora que el Turismo Carretera se animó a dar el salto y actualizar sus carrocerías partiendo de los Mustang, Camaro y Challenger, muchos se preguntan qué pasará con el Torino, que no tiene un ejemplar actual como los modelos de Ford, Chevrolet y Dodge.
A espera de una oficialización por parte de la Asociación Corredores Turismo Carretera, se especula con la posibilidad de que se realice un concurso para crear la nueva fisonomía del mítico Toro. Mientras eso sucede, en las redes sociales han reaparecido un diseño creado en 2015 por Facundo Castellano Dávila, en aquel entonces un veinteañero aspirante a diseñador.
Ese modelo, al que llamó Torino 380 Concept, fue creado en colaboración con otros tres jóvenes de su edad: Marcelo Romero, Emanuel Ostermann y Lucas Basile. El cuarteto pasó varios meses investigando sobre el auto a través de fotos y también viendo de cerca algunos que encontraban por ahí.
“Fuimos hablando con gente que tiene Torino desde hace tiempo y con fanáticos en foros. Si bien no es la primera vez que se hace un rediseño, en este caso consideramos que respeta el espíritu original del vehículo porque hay ciertas características que se mantienen. Porque es un auto nacional y por su historia, era necesario hacerle este homenaje”, dijo Castellano Dávila en aquel momento.
EL TORINO 380 CONCEPT
La premisa de estos jóvenes diseñadores fue mantener el estilo europeo que le aportó Pininfarina con la base americana del Rambler. Su restyling bien podría competir con cualquier modelo deportivo del mercado actual como el BMW M4, el Mustang o el Camaro.
Como se aprecia en las imágenes, el concepto mantiene las líneas más importantes y características de la cupé 380 aunque en el frente se añadió una entrada de aire debajo de la parrilla, que está inspirada en los autos del Turismo Carretera de los ‘60, para darle más deportividad.
Mientras que en el interior se mantienen los cromados y los detalles en madera que destacaron a este clásico de la industria argentina. Como dijeron sus creadores, “este auto no intenta sustituir al viejo Torino porque es irreemplazable”.
LA HISTORIA DEL TORINO
Este bello auto nació en 1966 como una propuesta de Industrias Kaiser Argentina (IKA), filial de American Motors Corporation (AMC), para competir con el Ford Falcon y el Chevrolet 400. La base fue el Rambler American Rouge, que fue reformado por la carrocera Pininfarina.
El aspecto estilizado que le otorgó la firma italiana fue completado con un rediseño en los sectores claves como las suspensiones, el diferencial, la caja de velocidades y la planta motriz, un Tornado de seis cilindros producido por AMC y con una cilindrada que variaba entre los 3.000 y los 3.800 cm3.
Cuando fue lanzado incluyó tres versiones: un sedán con un motor 3.0 y una caja de tres marchas, una cupé sin parantes con un impulsor 3.8, un carburador Holley y caja ZF de cuatro velocidades y un pura sangre, el 380W, equipado con el 3.8 con tres carburadores Weber de doble boca (algo atípico para la época), 200 caballos de fuerza y una velocidad máxima de 210 km/h.
“Desde el nacimiento del proyecto, los requerimientos que tenía este auto eran diferentes de lo que había hasta ese momento en la Argentina. Tenía que ser deportivo y muy veloz. En las pruebas que hacíamos viajando de Córdoba a Bahía Blanca se hacían promedios de 190 km/h. No era comparable con nada que existiera”, destaca el constructor Heriberto Pronello, quien participó en el proyecto original de la creación del Torino y que luego también los preparó para competir en el TC con singular suceso.
“El auto se hizo pensando en nuestro mercado como único objetivo y marcó un antes y un después en la industria automotriz local como versión deportiva. Elevó la vara totalmente en lo que era el segmento. Hasta ese momento, la única cupé de fabricación nacional era la Fiat 1500, pero no había ninguna de alta prestación como el Torino. Por eso cuando salió aplastó a todos”, agrega el periodista Eduardo Smok, conductor del programa Auto al Día y propietario de dos Torino.
Durante su primer año el producto de IKA no tuvo ventas acordes a las expectativas y no logró batir al Falcon. Sin embargo, la automotriz tomó una decisión que le permitió revertir esa tendencia poco a poco: llevarlo a la pista. En 1967 debutó en el TC con un rotundo triunfo en la Vuelta de San Pedro de la mano de Héctor Gradassi.
LA ERA DE LAS LIEBRES
Entre 1967 y 1970, el TC conoció el poderío de las Liebres. Se trataban de prototipos basados en el Torino “convencional” que habían sido creados por Heriberto Pronello y contaban con la motorización de Oreste Berta. La serie contó con diferentes versiones. La primera fue la Liebre I, que se destacaba por contar con una trompa puntiaguda y altamente aerodinámica.
El siguiente desarrollo fue la Liebre I y ½, con un chasis más acortado y la reubicación del motor para una mejor redistribución de peso. A continuación llegó la Liebre II, la más radical de toda la gama. Se construyó sobre la Liebre I y ½, dotándolo del techo de un Renault Dauphine y una parte trasera elevada que evitó la necesidad de utilizar un alerón. Por último llegó la Liebre III, con un perfil más afilado y un sector posterior en caída. Todos estos vehículos no hicieron otra cosa que acrecentar la leyenda de auto que los inspiró.
Si bien los éxitos en la popular categoría continuaron, el gran despegue del Torino ocurrió en 1969 después de competir en la Marathon de la Route, competencia más conocida como las 84 Horas de Nürburgring…
La idea surgió de Juan Manuel Fangio, que estaba encaprichado con demostrar las cualidades del Torino en Europa; y de Oreste Berta, responsable del equipo oficial de IKA en el TC. Si bien el Chueco siempre estuvo vinculado a Mercedes-Benz, se podría decir que el Torino fue una de sus debilidades. De hecho, en 1967 se llevó uno al Viejo Mundo y con él viajó hasta Suiza a un encuentro con ex pilotos de la Fórmula 1.
“Quiero ver qué sensación causa este coche de fabricación nacional. Sobre todo porque es un vehículo que jamás se ha visto y que no es uno derivado de otro, sino que fue creado en nuestro país. Yo creo que en Europa se van a sorprender. En esos países en los que existen grandes fabricantes piensan que aquí no se construyen vehículos, sino que se arman. Creo que habrá gente a la que le va a interesar y la verdad, quiero ver qué impresión causa”, dijo el Chueco en los días previos a aquel viaje.
LA HAZAÑA DEL TORINO EN NURBURGRING
Dos años más tarde, finalmente, la aventura al legendario Nordschleife fue una realidad y el objetivo de Fangio se concretó. “Juan Manuel quería demostrar que el Torino era el mejor auto del mundo”, confesó el propio Berta.
De los tres Torino que participaron llegó el que compartían Eduardo Copello, “Larry” y Cacho Franco. Aunque el vehículo identificado con el número 3 fue el que más vueltas completó a la pista alemana con 334, se le contabilizaron 315 debido una penalización por un problema en el caño de escape. Finalmente se clasificó cuarto en la general, aunque ganó en su clase.
Los otros dos, el N° 1 guiado por Carmelo Galbato, Rubén Luis Di Palma y Cacho Franco y el N° 2 manejado por Gastón Perkins, Eduardo Rodríguez Canedo y Jorge Cupeiro, desertaron por sendos despistes que terminaron en roturas insalvables. Esos autos habían sido preparados por Berta y contaban con una decena de elementos provistos por Pronello y que ya habían sido usados con éxito en las Liebres del TC.
TORINO, UN ÉXITO EN VENTAS
El suceso logrado en la prueba de endurance, que tuvo características de hazaña, catapultó las ventas del Torino y, al mismo tiempo, instaló al vehículo en el corazón de los argentinos. Para acompañar el furor que se había despertado IKA lanzó cinco nuevas versiones: dos económicas con carburador simple (la cupé S y el sedán) y otras tres con carburador de doble cuerpo (las cupé GS y TS y el sedán TS). La variante de tres carburadores Weber fue suspendida, aunque la serie más económica tenía un incremento de potencia de hasta 140 caballos.
En el primer lustro de la década de 1970 el éxito del Torino se mantuvo en los concesionarios al ser el auto de alta gama más vendido y también en el TC con la seguidilla de victorias y títulos logrados por Perkins (1969), Eduardo Copello (1970 en la Fórmula B) y Di Palma (en 1970 en la Fórmula A y en 1971).
Ya para esa época había nuevos competidores que lentamente terminaron con su reinado como una renovada versión del Falcon, la Chevy, que tomó la posta del 400; y el Dodge GTX. Todos más modernos y con un consumo aceptable en comparación al Torino, que gastaba 12 litros cada 100 kilómetros a una velocidad crucero de 80 km/h.
A esa altura IKA ya era manejada por Renault, que tomó su control en 1975 después de comprar la mayoría del paquete accionario. Las sucesivas renovaciones del modelo (1976 y 1979) no alcanzaron a cubrir las expectativas de la empresa, que decidió discontinuarlo en 1982 para concentrarse en su reemplazante: el R-18.
La debacle, de algún modo, también se trasladó a la pista. La ACTC decidió cambiar el reglamento a mediados del ’70 y se perjudicó notoriamente a los Torino, que con el transcurso de los años fue teniendo cada vez menos presencia en la categoría. Recién en el Siglo XXI, el Toro volvió a ser tenido en cuenta por la entidad y poco a poco regresaron los éxitos. De más está decir, que en ese lapso de casi tres décadas sin victorias, la hinchada de la marca jamás dejó de alentarla. Incluso florecieron los clubes y asociaciones encargadas de mantener vivo su recuerdo como el Club Amigos del Torino, la Asociación Argentina del Torino y la Federación Argentina de los Torinos, por citar algunas.
“No sé por qué el Torino sigue estando tan presente en el sentimiento de la gente, pero estimo que debe ser por los resultados deportivos que logró en su momento y porque fue construido en nuestro país con muchas virtudes, aunque también tenía sus problemas. Particularmente, en esa época pensaba que el Torino era una maravilla y que era superior a los demás. Pero es verdad que desde su nacimiento hasta ahora es el único modelo que se ha mantenido en el recuero de los argentinos”, dice Berta con total seguridad.
EL TORINO SIGLO XXI
“¿Cómo sería un Torino en esta época? Realmente no lo sé. Seguro que yo no lo construiría, pero tal vez alguien lo haga”, asegura Berta, quien admite saber de otros proyectos de rediseños del Torino que hubo en Córdoba y en Casilda. Pronello, en cambio, es de los que prefiere mantener la esperanza: “Sería una evolución como ha ocurrido con otros autos. De hecho, el Falcon en Australia sigue existiendo y es un vehículo de nueva generación. Y, por supuesto, me lo imagino construido utilizando nueva tecnología”.
Si la ACTC decide hacer las cosas bien, la nueva carrocería del Torino en el renovado Turismo Carretera debería respetar la fisonomía original, aunque manteniendo el estilo moderno que reflejan el Mustang, Camaro y Challenger. Sin dudas, un gran desafío a la atura de se dejante auto.
Mas alla de que sea saludable mostrar carrocerias mas modernas, si tiene cierto sentido las que provienen de muscle cars, pese a que 2 de ellos existan en cantidades minimas en Argentina y el tercero directamente no exista. A eso le sumamos un auto original de traccion delantera y que tampoco se ve mucho por acá, mas un prototipo actual sobre un auto de hace 55 años….
En fin, el resultado es una categoria tan bizarra como el TC y como el pais que tenemos.
Saludos
Excelente la actc le vendió el paquete completo a Toyota y ahora ellos imponen q autos correr obvio q a Toyota le interesa competir con las marcar yankis porque es el mercado q les importa chau tc hasta la vista con estos autos muchos van a dejar de ver las carreras
El mejor diseño del restailing de Torino es de Lucas Lopez de Bariloche…un auténtico muscle cars…ahora lo muestran muy poco….QUE ROSCA HAY DETRAS DE ESTE MODELO….seria interesante ver con el diseñador si autoriza vende o abre otra negociación con la ACTC..habria que pregjntarle….no ?..AUTOMUNDO…espero ansioso…