La cultura argentina está llena de frases y dichos que se utilizan para enfatizar ciertas situaciones. Una de las más populares es “meter el perro”, que hace referencia al engaño y la trampa. La frase, según se dice, tiene su origen en el fútbol cuando los aficionados del equipo que iba en desventaja introducían un can en la cancha para que el árbitro parara el partido.
El automovilismo modificó ligeramente esta expresión, pero no su espíritu. Cuando un auto está “perreado” significa que deliberadamente se modificó en algún aspecto sin respetar el reglamento técnico para que tenga un rendimiento superior al resto del parque.
Ejemplo de vehículos “perreados” hay muchísimos. Algunos recordarán el caso de Omar Martínez, quien en 2016 fue suspendido por cuatro fechas -además de multado con 200.000 pesos- por correr en el Turismo Carretera con un motor ilegal, que algunos sospechan que además lo utilizó para lograr el cetro en 2015…
En la popular categoría también se produjo la desclasificación por técnica de Juan María Traverso luego de ganar la tercera fecha del torneo de 2005 realizada en La Plata. En su caso la dura sanción fue porque el peso de las bielas del motor Cherokee de su Torino no respetaba el mínimo reglamentario.
Pero sin dudas el “perro” que le hizo pagar un alto costo a su protagonista fue el de Diego Aventin en la parte final del torneo de 2006 del TC.
El Pumita había sido el ganador de la competencia disputada en Roberto Mouras platense en el marco de la penúltima cita del calendario luego de una intensa lucha con Norberto Fontana (Dodge), con quien además luchaba por el cetro. Ambos habían llegado a este compromiso separados por 18,5 puntos con el ex Fórmula 1 adelante en la tabla de posiciones.
Con ese triunfo, Aventin extendía la definición del cetro a la última fecha en Río Gallegos. Sin embargo, en la revisión técnica posterior a la prueba se descubrió que el motor de su Ford utilizaba aros de diferente medida a la reglamentada. Machete Esteban, el motorista del Lincoln Sport Group de Hugo Cuervo, asumió el error y el equipo no apeló la decisión.
“El Departamento Técnico de la ACTC informa que durante la realización de la verificación técnica final se constató en el auto N° 4 del piloto Diego Raúl Aventin que el espesor de los aros de los pistones del motor de dicho vehículo no se ajustan a las medidas indicadas para los mismos en el reglamento técnico 2006 de la categoría. Por tal motivo se comunica la exclusión de dicho piloto de la competencia”, explicó la Asociación Corredores Turismo Carretera, que en aquel entonces tenía a Oscar Aventin como presidente…
Se encontró que el aro en cuestión medía 2,2 milímetros de espesor cuando el reglamento estipulaba que debía medir 2,5 mm. Las tres décimas de milímetro faltantes suponían una menor fricción contra la pared del cilindro, lo que redundaba en ventaja motriz.
La noticia del departamento técnico teceista dirigido por Carlos Marchese tomó por sorpresa a Fontana, quien pasó a ser el ganador de la carrera y, de esta manera, consiguió la ventaja de puntos suficiente para ganar el título de manera anticipada.
Aventin, que fue el más ganador del año con tres victorias, terminó tercero en el torneo detrás de Fontana y su coterráneo Patricio Di Palma (Torino).
CHARLA CON CARLOS MARCHESE (*)
-¿Hay mala fe de los preparadores cuando un auto está fuera de reglamento?
-A veces los errores pasan por no leerlo. El de esta temporada lo sacamos hace un mes y hay gente que todavía me llama preguntándome cómo es tal o cual cosa. Eso es porque no se le presta atención al reglamento y entonces, cuando van adentro, tienen problemas.
-Pero también hay mala fe…
-Y sí… En el caso de Hugo Cuervo hubo mala fe. El es el rey en aprovechar los puntos y comas del reglamento. Si le hubiera pasado a otro equipo, te queda la duda si no fue un error; pero en el caso de Cuervo es evidente. Trabajan siempre al filo del reglamento, algo que me parece bien, pero acá hubo mala fe. Para colmo, el reglamento es muy claro en ese aspecto.
-¿Le sorprendió que en eso haya estado involucrado Marcelo Esteban, un motorista con perfil bajo y que jamás tuvo un problema de este tipo?
-Sí, muchísimo. Cuando vi el pistón que habían usado, me quería morir. Para colmo, yo recibo la orden de inspeccionar los motores de parte de Oscar Aventin. Él me dijo que se inspeccionara los autos de los dos pilotos que estaban peleando el campeonato… ¡Y justo cae el hijo! Fue una cosa increíble.
-¿Piensa que el haber excluido por técnica al hijo del presidente de la ACTC es bueno para la imagen de la categoría?
-Seguro. Eso fue lo que mejor imagen le pudo haber dado al TC porque nadie se imaginaba que podía “volar” el hijo del presidente.
-Patricio Di Palma decía que tras la exclusión de La Plata le quedaba la duda si Aventin había corrido fuera de reglamento en otras carreras…
-Yo de eso no tengo ninguna duda porque nosotros pedimos la información al fabricante de los pistones y nos dieron la factura. Lo encargaron el 31 de octubre y lo entregaron el 3 de noviembre. Te digo más: si el auto de Aventin hubiese estado en reglamento, anda igual que en aquella carrera…
(*) Entrevista del autor del artículo publicada en la revista CORSA N° 1863 de febrero de 2007.