Toyota GAZOO Racing, como aglutinador de todas las actividades de competición de Toyota, tiene entre sus grandes objetivos el lograr trasladar todo lo aprendido en el mundo de las carreras a la calle, de forma que los modelos que la marca japonesa destina a sus clientes y que están disponibles en su extensa red de concesionarios se beneficien, tarde o temprano, de la experiencia y aprendizaje en la competición.
Así sucede por ejemplo con la tecnología híbrida, que es puesta a prueba por Toyota GAZOO Racing en el Mundial de Resistencia para, posteriormente, llegar a la amplia y variada gama híbrida eléctrica de la compañía.
El funcionamiento del sistema híbrido eléctrico autorrecargable de un Yaris hybrid, un Corolla hybrid, un C-HR hybrid o un RAV4 hybrid es básicamente idéntico al sistema de propulsión híbrido del TS050 HYBRID con el que la firma participa en el WEC.
Algo similar sucede con la Toyota Hilux que se utiliza en el Dakar, que tiene diversas modificaciones con respecto a la versión de calle para poder afrontar con garantías el rally más duro del mundo. Así, cuenta con un motor más potente, suspensiones, frenos, embrague y caja de cambios específicos y un depósito de combustible de mayor capacidad, lo que permite afrontar grandes etapas maratón en el desierto.
Si la Toyota Hilux que cualquiera puede adquirir se propulsa gracias a un eficiente motor diésel 2.4 D-4D de 4 cilindros en línea y 150 CV a 3.400 rpm, ofreciendo un par máximo de 400 Nm, la Hilux Dakar cuenta con un propulsor naftero V8 de 5.0 litros y 325 CV a 5.000 rpm, con una impresionante cifra de par (620 Nm) y una brida en la admisión de 37 mm para cumplir con el reglamento. La ECU es de la Serie M del especialista MoTeC.
Las cajas de cambios también son diferentes ya que la Hilux V8 monta una transmisión secuencial SADEV de 6 velocidades, mientras que la Hilux de calle lleva una automática Super ECT, de igual número de relaciones. Ambas Hilux cuentan con diferencial de deslizamiento limitado, delantero, trasero y central en el caso de la Hilux Dakar y con bloqueo delantero y trasero en la Hilux “convencional”.
Las dos Hilux, de calle y el competición, comparten carrocería de tipo pick-up, aunque la versión para el Dakar es ligeramente diferente: es más corta, más ancha, tiene una altura muy similar, una distancia entre ejes menor y una mayor altura libre al suelo, con el objetivo de poder superar grandes dunas sin problemas.
Así, frente a los 5.330 mm de longitud de la Hilux, la pick-up dakariana se queda en 4.810 mm. El ancho es 14 cm mayor en la versión para el rally (1.995 mm frente a 1.855 mm), mientras que hay 18,5 centímetros de diferencia en la distancia entre ejes a favor del Hilux de calle (3.085 mm / 2.900 mm).
Con una altura de 1.840 mm, la Hilux Dakar sólo es 1,5 cm más alto que la Hilux en su versión comercial de doble cabina (la más alta de la gama). La altura libre al suelo es de 270-350 mm en la Hilux del Dakar, frente a los 293 mm (mínimo) de la Hilux de calle. El peso es claramente menor en la variante de competición: 1.850 kg, según reglamentación; contra 2.095 kg.
La configuración de la suspensión delantera (doble horquilla) coincide en ambas Hilux, no así la trasera, de eje rígido con ballesta en el modelo de calle y de doble horquilla de nuevo en la Hilux del Dakar. Éste lleva llantas de 16 pulgadas con neumáticos de taco grande, mientras que la Hilux, en la versión doble cabina, lleva llantas de aleación de 17 pulgas con neumáticos todo uso, no tan enfocados a off-road, aunque puede equiparse con todo tipo de gomas para fuera del asfalto, incluidas algunas de grandes tacos. Los amortiguadores de la Hilux de rally son del especialista Reiger.
El sistema de frenos de la Hilux de competición cuenta con pinzas de seis pistones con refrigeración líquida, mientras que en la versión para el público masivo las pinzas son de cuatro pistones (eje delantero); los frenos traseros son de tambor. El depósito de combustible de la Hilux del Dakar es gigante comparado con el de la Hilux de calle, ya que son 520 litros (homologación FIA FT3) frente a 80 litros.
Aunque es evidente que hay diferencias entre ambos, como no podía ser de otra manera, hay muchas similitudes y, quizá, la más relevante sea que tanto la Hilux de calle como la Hilux del Dakar son claro ejemplo de cómo Toyota hace las cosas: con pasión y emoción, con calidad y fiabilidad, cuidando cada detalle y desarrollando los mejores componentes para cada vehículo y para el uso que se va a hacer de él.