Después de meses, o más bien casi un año, de preparación, Tim y Tom Coronel han llegado al Perú para disputar el Dakar 2019, el desafío de resistencia más exigente del mundo. En los últimos meses los hermanos se concentraron en el desarrollo y la construcción de “La Bestia 2.0”, tal como bautizaron a la versión remozada del buggy Jefferies que usaron el año pasado.
“En febrero del 2018 decidimos tomar el proyecto en nuestras propias manos”, explicó Tim. “Lo adaptamos a nuestros estándares, pero ahora deberemos comprobar si es a prueba de Dakar. Los organizadores de la carrera sólo buscan una cosa, que los participantes abandonen. Y nosotros decidimos asumir el reto. Como equipo nunca hemos estado en una posición tan buena como ahora y eso es motivo de orgullo”, agregó.
“Construimos todo nosotros mismos. Eso lo hace muy emocionante porque no podemos echarle la culpa al equipo o al coche en caso de que algo vaya mal. El año pasado corrimos con un auto del que desconocíamos los detalles de su mecánica, pero ahora sucede lo contrario porque lo hicimos todo por nosotros mismos. Por lo tanto estoy más confiado que nunca”, explicó Tom.
Una cosa es cierta: como de costumbre Tim y Tom estarán tomando las cosas a su manera: “Es un buggy Jefferies con un toque Coronel”, dice Tom. “Queríamos un auto que sea diferente de todos los otros y creo que lo hemos conseguido. Esto es lo que nos gusta: hace las cosas al estilo Coronel”.
Respecto al objetivo para este Dakar, Tim fue claro: “Queremos llegar a la meta, como siempre, pero pretendemos elevar un poco el listón. Apuntamos a estar entre los veinte primeros”.