Elon Musk anunció a los empleados de Tesla que la compañía sufrirá una profunda reestructuración para eliminar gastos superfluos y acelerar la producción del Model 3, el principal vehículo del fabricante.
Esta decisión se produce pocos días después de que Musk se enfrentase a analistas financieros que cuestionaron las perspectivas financieras de la compañía ante la imposibilidad del fabricante de obtener beneficios y cumplir sus cuotas de producción del Model 3.
En la carta enviada a sus empleados, Musk ha avanzado que los principales afectados de la reestructuración serán las compañías subcontratadas ya que, según reconoce el empresario, la situación “se ha ido de las manos”.
“Para asegurar que Tesla está bien preparada para el futuro hemos iniciado una profunda reorganización de la compañía” que incluirá la simplificación “de la estructura de gestión para mejorar las comunicaciones, combinando funciones” a la vez que se eliminarán actividades “no esenciales”, ha afirmado el presidente de la marca de vehículos eléctricos de alto rendimiento.
“Seguiremos contratando rápidamente posiciones críticas para apoyar el aumento de producción del Model 3 y futuros desarrollos de producto”, agregó.
Analistas financieros de las principales firmas de inversión del mundo han advertido en los últimos meses de que la situación financiera de Tesla es cada vez más difícil y algunos han aventurado que el fabricante necesitará buscar financiación a finales de este año o principios de 2019 para poder seguir funcionando.
El 2 de mayo, Tesla anunció que en el primer trimestre de 2018 casi duplicó sus pérdidas, que se situaron en 784,6 millones de dólares en los tres primeros meses del año.
Musk ha negado hasta ahora las dificultades financieras de Tesla, pero esta reestructuración contradice al fundador de Tesla Motors.