El óvalo de Rafaela siempre ha resultado una tentación para las principales categorías del automovilismo argentino. Y no es para menos ya que es un verdadero templo de la velocidad en el que se puede superar los 250 km/h de promedio y en el que los sobrepasos se producen uno tras otro gracias a la succión. Sin embargo, han sido pocas las divisiones que en este último tiempo se le han animado al trazado oval de 4.624 metros por temor a los accidentes. Como aquel que protagonizó Fabián Yannatuoni en la visita del TC2000 en 2005…
Aquellas 100 Millas de Rafaela, disputadas en el marco de la novena fecha del torneo, fue la primera y última vez que el Turismo Competición corrió en el circuito rafaelino sin las chicanas creadas para reducir la velocidad (aunque en ciertas ocasiones esos frenajes han sido determinantes en incidentes con serias consecuencias).
Si bien esa competencia es recordada por la apasionante definición entre Gabriel Ponce de León (Ford Focus), Emiliano Spataro (VW Bora) y Matías Rossi (Chevrolet Astra), es inevitable mencionar el tremendo accidente del Patito que pudo haber terminado en tragedia.
Ocurrió en la séptima vuelta de la prueba cuando Sergio Sessa (Ford Focus) apoyó la trompa de su auto sobre la cola del Honda Civic de Yannantuoni. El santafesino perdió el control de su vehículo, que se puso de cola, cruzó la pista y pegó violentamente contra el paredón a 200 km/h.
Los auxiliares tardaron varios minutos en sacar al piloto de su auto, algo que mantuvo en vilo a los 25.000 asistentes al circuito y a aquellos que seguían el evento por la TV y la radio.
Con politraumatismos y conmoción cerebral, esguince de columna cervical y una herida cortante en la lengua, Yannantuoni fue trasladado a una clínica local donde quedó internado durante 24 horas por precaución.
Sessa zafó de los golpes, aunque no de las críticas que recibió por su falta de experiencia en la categoría que lo tenía como participante por cuarta vez.
Después de una neutralización de ocho giros, la carrera siguió sin más contratiempos, aunque con una intensa batalla por el triunfo. “Lloré… Pero no sólo por la emoción de la victoria sino por el miedo que tuve y el alivio de que todo haya salido bien”, reconoció Ponce de León tras la competencia en clara alusión a la tensión vivida durante la prueba.
LA PROMESA DE VOLVER AL ÓVALO
El TC2000, ahora bajo la gestión de los hermanos Alejandro y Diego Levy, tiene como objetivo regresar al óvalo en algún momento. Durante las últimas semanas se hicieron pruebas en la pista, que habitualmente utilizan los equipos para realizar pruebas aerodinámicas, pero se decidió postergar el posible retorno para 2023. Uno de los motivos es la necesidad de tener todo un alambrado perimetral de acero para extremar la seguridad.
El Club Atlético Rafaela, que tiene a su cargo el trazado, está en gestiones con el gobierno de Santa Fe para conseguir los fondos necesarios para esa obra y otras, que incluyen refaccionar el ingreso los boxes y mejorar algunos sectores de la pista.