La Targa Florio es una de esas competencias que aún permanece viva en la mente de los fanáticos del automovilismo dado que en su época fue una de las más importantes del mundo.
La prueba fue creada por Vincenzo Florio, un noble deportista siciliano que había sido el primero en importar un automóvil del extranjero. Su idea fue crear una prueba de resistencia para máquinas y corredores entre las montañas de su querida Sicilia.
Ya en 1905 el Conde Florio había coqueteado con el automovilismo con Coppa Florio en Brescia que ganó Giovanni Battista Raggio con un Itala. Ahí se dio cuenta de que podía utilizar las competencias de automóviles para hacerle un mimo a su tierra.
Lo primero que hizo fue ponerse en contacto con Henri Desgrange, director de la revista L’Auto y brillante creador del Tour de Francia de ciclismo, que había celebrado su primera edición en 1903.
Juntos recorrieron la campiña siciliana y eligieron un recorrido de 150 kilómetros entre los montes de la Madonia que pasaba por los poblados de Buonfornello, Cerda, Caltavuturo, Castellana, Petralia Sottana, Petralia Soprana, Geraci, Castelbuono, Isnello, Collesano y Campofelice di Roccella, con meta en el mismo punto de partida.
Las primeras ediciones se realizaron sobre ese recorrido, aunque con los años el organizador Panormium puso a punto el circuito medio y pequeño de la Madonia con 72 kilómetros y 900 curvas.
Finalmente, el 6 de mayo de 1906 se puso en marcha la primera Targa Florio que tuvo como vencedor a Alessandro Cagno, con Itala. Acumuló 9h32m20s, a un promedio de 46,805 km/h, para las tres vueltas al circuito de 148,823 kilómetros entre montañas ubicadas a 300 metros sobre el nivel del mar en su punto más bajo.
Irónicamente, el Conde Florio jamás la ganó y su mejor resultado fue el segundo puesto conseguido en 1909 detrás de Francesco Ciuppa.
DE FERRARI HASTA FANGIO
En sus diferentes ediciones han participado grandes protagonistas de la historia del automovilismo como Enzo Ferrari, quien terminó segundo en 1920 con un Alfa Romeo; o el mismísimo Juan Manuel Fangio, que fue tercero con una Maserati en 1953.
Entre sus vencedores más emblemáticos se destacan los italianos Felice Nazzaro, Achille Varzi, Tazio Nuvolari, Luigi Villoresi, Piero Taruffi, Arturo Merzario, los ingleses Stirling Moss y Peter Collins, el sueco Jo Bonnier y el alemán Wolfgang von Trips.
Debido a su peligrosidad, la Targa Florio cambió de modalidad en 1978 y dejó de ser una competencia de velocidad -en un momento formó parte del Campeonato Mundial de Resistencia– para transformarse en una prueba de rally que ha formado parte del calendario de los torneos de Italia y Europeo de la especialidad.