El automovilismo ha demostrado ser más que un espectáculo deportivo; es una herramienta clave para el desarrollo económico de las ciudades que lo acogen. La reciente Semana de la Velocidad, celebrada en el Autódromo Parque Ciudad de Río Cuarto, es un claro ejemplo de cómo el deporte motor puede revitalizar la economía local, generando un impacto significativo en la región.
Del 10 al 18 de agosto, Río Cuarto fue el epicentro del automovilismo argentino con la realización de dos eventos consecutivos: el Campeonato Argentino de TC2000 YPF INFINIA, el Campeonato Argentino de Fórmula Nacional, la Fiat Competizione y, posteriormente, el Campeonato Argentino de Top Race YPF INFINIA junto con las categorías de CAPICOR.
Este esfuerzo conjunto entre las diferentes categorías y los promotores del evento tuvo un impacto económico directo en la ciudad, estimado en 1.780 millones de pesos, según un informe emitido por el Observatorio Turístico Ciudad de Río Cuarto.
La Semana de la Velocidad no solo atrajo a una gran cantidad de fanáticos del automovilismo, sino que también impulsó la ocupación hotelera al 83%, con un gasto promedio por turista de $70.400 por día. Durante los eventos, 1.900 personas se alojaron en la ciudad cada noche, representando un incremento significativo en la actividad económica local.
El perfil de los asistentes refleja una afluencia diversa, con un 88,7% provenientes de Córdoba, 4,8% de Buenos Aires, 2% de Mendoza y 0,7% de San Luis. Este flujo de visitantes no solo generó ingresos para el sector hotelero, sino que también benefició a comercios, restaurantes y servicios locales.
La importancia del evento fue tal que el 68,1% de los visitantes afirmaron que su motivo principal para viajar a Río Cuarto fue La Semana de la Velocidad, mostrando la capacidad del automovilismo para atraer turistas y movilizar la economía.
La satisfacción de los asistentes fue abrumadora, con un 99% de conformidad respecto a la organización del evento y un 88,6% que expresó su deseo de repetir la experiencia de dos fines de semana consecutivos de automovilismo. Esto subraya no solo el éxito de la propuesta, sino también su potencial para convertirse en un referente anual que continúe beneficiando a la economía local.
La sinergia entre el deporte y la economía se hizo evidente con La Semana de la Velocidad, consolidando al automovilismo como un aliado estratégico para el desarrollo de las comunidades que lo reciben.
La experiencia vivida en Río Cuarto demuestra que eventos de esta magnitud son capaces de transformar y revitalizar las economías locales, posicionando al automovilismo como un catalizador de progreso.