El 30 de junio de 2013 el francés Sébastien Loeb demostró su destreza detrás del volante de un auto de competición en una de las pruebas más difíciles del mundo: la trepada de Pikes Peak, que se disputa en las montañas de Colorado, en Estados Unidos.
Loeb, que en ese entonces había cerrado su ciclo de piloto a tiempo completo en el Rally Mundial, disputó “la carrera hacia las nubes” con el Peugeot 208 T16 Pikes Peak, especialmente desarrollado por la marca francesa para enfrentar un intrincado recorrido de 19,99 kilómetros, con 156 curvas y una meta ubicada a más de 4.300 metros sobre el nivel del mar.
El francés ganó aquella edición de la Pikes Peak International Hill Climb y estableció un tiempo récord de 8m13s878/1000. Así mejoró en casi un minuto y medio la marca del estadounidense Rhys Millen, quien en 2012 había registrado 9m46s164 con un Hyundai Genesis Coupé.
Ese registro del nueve veces campeón del WRC se mantuvo como referencia de esta singular competencia que se disputa desde 1916 hasta que en 2018 se lo bajó su compatriota Romain Dumas con el Volkswagen I.D. R Pikes Peak eléctrico y una marca de 7:57.148.
Séb sacó provecho de todas las bondades de su máquina de 875 kilos peso y un motor de 875 caballos. Gracias a su relación peso-potencia equilibrada la bestia de Peugeot se destacaba con prestaciones increíbles como una aceleración de 0 a 100 km/h en 1,8 segundos, de 0 a 200 km/h en 4,8 y de 0 a 400 km/h en 7,0.
“Conducir este auto fue una sensación muy especial. Tenía la carga aerodinámica de un prototipo de Le Mans, con una aceleración mayor que un Fórmula 1 y con un paisaje parecido a un rally. Apenas salía de las curvas la tracción era asombrosa. Aunque no podía cometer ningún error porque solo tenía un intento, fui al límite durante los 20 kilómetros. Sinceramente, tenía mucha presión”, explicó en aquel momento.
Con este triunfo, Loeb acrecentó su fama y se sumó a un selecto grupo de pilotos del WRC que también vencieron a la trepada como su compatriota Michele Mouton, el alemán Walter Röhrl, el sueco Stig Blomqvist y los finlandeses Ari Vatanen y Juha Kankkunen.