Desde que se presentó el Renault 5 Prototype, que prefigura un futuro modelo eléctrico heredero del R5, quedó demostrado que sus diseñadores han reinterpretado con brío el estilo original de la versión de 1972. Sin caer en lo “retro”, el prototipo hereda los genes inmediatamente reconocibles de su antepasado de culto.
Desde el Tecnocentro, donde se desarrollan los concepts y modelos del Grupo Renault, Nicolas Jardin desvela la génesis del proyecto: “El trabajo sobre el prototipo no era un tema libre. Se trataba de un trabajo de reinterpretación del objeto R5 y de su proyección hacia el futuro para convertirlo en un objeto moderno”.
Para volver a diseñar los faros de mirada traviesa y las luces de día, “todo partió de las líneas, de los ángulos y de los radios de los elementos de la parte delantera del R5 original. Después, a medida que se iban desarrollando bocetos, los faros resultaron totalmente diferentes, tanto en sus proporciones como en su diseño”.
Su versión final, muy trabajada y cincelada, evoca unos ojos ligeramente arrugados por la sonrisa. En cuanto a las luces de día de forma rectangular en su parte inferior que recuerdan a los faros antiniebla adicionales de la época, se insertan en un paragolpes del color de la carrocería, como en el diseño original. “Su tratamiento cristal y tridimensional y su recorte muy preciso evocan los cortes a láser e invocan el mundo del aerodinamismo y de la aeronáutica”.
Por último, se recurrió a unos procesos ultramodernos para reinventar la mirada icónica del R5. Cabe mencionar en particular la tecnología LED matricial que permite integrar movimiento al programar animaciones que dan vida a los faros. Esto resulta patente con la secuencia de bienvenida. El nuevo logo del coche se ilumina y pone en marcha una animación que se extiende hasta la calandra. Después, los faros cobran vida como si el coche parpadease. ¡Imposible no ver este guiño! “Gracias a la tecnología matricial y a las animaciones de la secuencia de bienvenida, hemos podido recrear la expresividad y picardía de la mirada del coche original”.
Así pues, tanto por su diseño como por su tecnología, los faros de Renault 5 Prototype ya poco tienen que ver con los del R5 de la época. Sin embargo, lo reconocemos por su mirada… ¡Victoria! “Para ser el digno heredero del R5, el coche tenía que ser expresivo y cobrar vida. Hemos logrado esta proeza con este prototipo, un objeto de diseño moderno que encarna la alegría de vivir según Renault”, concluye Jardin.
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