Despertar buenos recuerdos y “activar la sonrisa”, esto es lo que pretendía François Leboine, responsable de los concept-cars y de los show-cars en Renault, con el Renault 5 Prototype. Y para lograr sus objetivos se focalizó en un sector muy especial del automóvil que reinterpreta al R5 original: los faros.
EL R5 ORIGINAL COMO PUNTO DE PARTIDA
Antes de iniciar cualquier proceso creativo hace falta materia prima. La primera etapa, que se conoce como analítica, consistió en reagrupar archivos para analizar, comprender, descomponer el vehículo de origen. Captar su esencia.
Las fotos, los croquis, los bocetos del diseñador original Michel Boué, las revistas, los fascículos y folletos de la época, permitieron estudiar al mítico R5 desde todos los ángulos. Renault Classic prestó un vehículo que ayudó también a comprender mejor algunos elementos, como estos famosos faros.
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“Hemos capitalizado toda la historia de Renault y del R5 en particular, que contaba con la simpatía de la gente y con esa mirada traviesa perfectamente reconocible”, explica Leboine.
Después, los diseñadores esbozaron los primeros dibujos en papel, como los caricaturistas que se centran en captar lo que conforma la personalidad de una cara. “Los croquis han permitido captar los elementos fundamentales que tenían que conservarse para reproducir la mirada traviesa del R5 original”, añadió. A continuación, pasaron a la paleta gráfica para definir las proporciones, los contornos, la separación entre los faros y plasmar así “la mirada sonriente” del R5 de los años 70.
REGRESO AL FUTURO
Después de analizar las características gráficas y el trabajo en las proporciones, los diseñadores realizaron una transposición, un método que consisten en tomar un objeto y trasladarlo a otro mundo. Para el Renault 5 Prototype los diseñadores se inspiraron, en particular, en los universos de la aeronáutica, la arquitectura, el diseño de producto e incluso de la electrónica.
Gracias a este método de transposición de los códigos visuales, los faros del prototipo se han convertido en unos elementos realmente tecnológicos y futuristas. En cuanto a los faros antiniebla, que en aquella época se añadían por separado, han dado un salto al futuro. Se han metamorfoseado en luces de circulación diurnas totalmente integradas en el paragolpes delantero.
“Era muy importante que Renault 5 Prototype no fuese una mera copia servil del pasado, sino un vehículo que contuviera realmente los elementos del futuro”, insiste Leboine.
ÚLTIMA ETAPA
Por último llegó la confrontación, la última etapa para los diseñadores. Es la que les permitió saber si su trabajo es correcto. “Hemos contrastado lo que hemos hecho con todos los que nos rodean para saber si habíamos acertado; si habíamos conseguido resucitar el R5 o si habíamos fracasado”, apunta el responsable del proyecto.
“La reacción de la gente a nivel interno ya nos indicaba que el coche iba a tener cierto éxito, pero al final se superaron nuestras expectativas”, admite.
De hecho, el Renault 5 Prototype recibió una cálida y unánime acogida. Tanto en los faros como en el conjunto del vehículo, el tratamiento de las líneas y los detalles futuristas, gustaron mucho. Con el Renault 5 Prototype, el modelo emblemático del patrimonio Renault tiene ahora un digno heredero. Un coche moderno, adaptado a los nuevos tiempos y lleno de encanto.