El Gobierno británico ha planteado un adelanto de la fecha a partir de la cual la venta de vehículos de motores de combustión, ya sean diésel, nafteros o híbridos, estará prohibida en el país, desde la anterior propuesta que la fijaba en 2040 a la actual en 2035.
Según confirma la organización medioambiental Transport & Environment, el Gobierno del país ha adelantado en cinco años la fecha de esta prohibición a 2035 para todos los vehículos “con motor” y, si es posible, incluso antes.
Este anuncio del Ejecutivo británico coincide con la presentación este martes en el Museo de Ciencia de Londres por parte del primer ministro, Boris Johnson, de la próxima Cumbre del Clima (COP26) que se desarrollará en Glasgow, Escocia, a finales de año.
En este contexto, Transport & Environment ha felicitado al Gobierno por este compromiso con el medio ambiente, que califica de un “paso fundamental” para alcanzar el objetivo de cero emisiones antes de 2050.
La organización ha acogido con “beneplácito” la claridad del Gobierno de que no haya un papel a largo plazo para los llamados híbridos autorrecargables o enchufables en el futuro y que, a mediados de la década de 2030, todas las ventas de vehículos nuevos deberían ser de cero emisiones.
Asimismo, los planes excluyen los combustibles líquidos renovables, ya sean biocombustibles avanzados o electrofuel, que Transport & Environment considera que “no tienen un papel a largo plazo en el transporte por carretera, pero serán importantes en la descarbonización de la aviación”.
Se espera que las ventas de automóviles eléctricos en Reino Unido se dupliquen este año, hasta representar más del 3% del total del mercado, y el año que viene experimenten se vuelvan a duplicar exponencialmente, llegando al 7%.
La organización medioambiental estima que, para lograr el objetivo en 2035, las ventas de eléctricos deberán alcanzar aproximadamente un tercio de todas las nuevas para 2025 y más de dos tercios para 2030, lo que supone más del doble de la cuota prevista por las normas actuales de la Unión Europea.
En Reino Unido, el 98% de todos los puntos críticos de aire tóxico son causados por el tráfico, con el transporte emitiendo más dióxido de carbono (CO2) que cualquier otro sector (el 27% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero).