Gracias a la hegemonía de la presente temporada de la mano del neerlandés Max Verstappen, Red Bull ya se concentra en el 2024. De hecho en el pasado Gran Premio de Hungría presentó la última actualización de su auto, aunque al torneo aún le quedan once fechas.
Esta anticipación no se debe únicamente al dominio de rendimiento del coche, sino también a una cuestión de planificación adecuada para aprovechar el tiempo en el túnel de viento. Red Bull enfrenta una reducción del 10% debido a la sanción impuesta en 2022 por exceder el límite presupuestario establecido.
Además, existen restricciones aerodinámicas basadas en la posición de los equipos en la Copa de Constructores. Llegando a la mitad del campeonato como líder, Red Bull solo puede utilizar el 63% del tiempo de túnel de viento permitido, mientras que Mercedes tiene acceso al 75%, Aston Martin al 80% y Ferrari al 85%.
“Con la desventaja que tenemos, realmente tenemos que centrarnos en el próximo año, porque tenemos un déficit significativo de tiempo en el túnel de viento y tenemos que ser muy selectivos en cómo lo usamos”, explicó Christian Horner, responsable del equipo.
También expresó su preocupación por la brecha con sus competidores, en especial con McLaren: “Tenemos esa penalización hasta octubre. Estamos significativamente por debajo en comparación con el segundo y el tercero. Y enormemente abajo una vez que miras a los equipos que son cuartos o quintos. Y si comparas la cantidad de tandas que McLaren puede hacer en un túnel de viento con nosotros, es una gran diferencia. Entonces, tenemos que ser muy selectivos en el proceso que estamos haciendo”.
Horner añadió que las actualizaciones que introducirá Red Bull durante 2023 se centrarán únicamente en las características de cada circuito: “Tendremos algunas cosas específicas del circuito, pero nada que no se haya hecho y comprometido con I + D”.