En los albores del siglo XX, cuando la industria automotriz comenzaba a dar sus primeros pasos, una firma destacaba entre las demás: Rauch & Lang, de Cleveland, Ohio. En un tiempo en el que los motores de combustión rugían por las calles, esta empresa se adelantó a su época al ofrecer automóviles impulsados por baterías, marcando así el inicio de la era eléctrica en el transporte personal.
LOS INICIOS DE RAUCH & LANG EN LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ
La historia de Rauch & Lang se remonta a 1884, cuando Jacob Rauch y Charles E. J. Lang fundaron la Rauch & Lang Carriage Company, famosa por sus lujosos carruajes en Cleveland.
Fue en 1903 cuando la compañía incursionó en el negocio automotriz al asumir la representación del Buffalo Electric, para luego, en 1905, ofrecer su propio Stanhope (un estilo de carrocería que se caracteriza por su asiento individual montado en el centro, capota de tela plegable y un tablero de instrumentos en la parte delantera) en versión eléctrica.
El crecimiento fue evidente, con la producción de 50 Stanhopes, coupés y wagons en el primer año. En 1907, Rauch & Lang adquirió la Hertner Electric Company, convirtiendo a John H. Hertner en el ingeniero jefe del departamento automotriz. A partir de entonces, la empresa fabricó todas las piezas de sus automóviles en su propia fábrica.
LA ERA DE LOS LITIGIOS Y LAS FUSIONES
Sin embargo, la prosperidad no estuvo exenta de desafíos legales. En 1911, Rauch & Lang enfrentó una demanda de la Baker Motor Vehicle Company por infracción de patente, relacionada con la suspensión trasera. Ante la declinación de las ventas de automóviles eléctricos a nivel nacional, en 1915 ambas empresas decidieron fusionarse, dando lugar a la Baker R. & L. Company, conocida popularmente como Baker-Raulang.
A pesar de los cambios, la producción continuó, presentando una variedad de estilos de carrocería, incluyendo algunos con cuatro puertas, algo inusual para un automóvil eléctrico. En 1916, la compañía introdujo el Owen Magnetic, producido en las plantas de Baker R & L Company. Durante 1919, Rauch & Lang incursionó en la construcción de carrocerías automotrices y camiones industriales eléctricos.
En enero de 1920, Rauch & Lang experimentó un resurgimiento con la adquisición por parte de Ray S. Deering, quien reorganizó la compañía como Rauch & Lang, Inc. Se estableció una nueva fábrica en Chicopee Falls, Massachusetts. Sin embargo, los años posteriores estuvieron marcados por dificultades financieras, con la producción de automóviles de pasajeros cesando en 1928.
EL SUEÑO TRUNCADO DE LA TECNOLOGÍA HÍBRIDA
Antes del colapso de Wall Street en 1929, Rauch & Lang colaboró con ingenieros de General Electric para crear un prototipo de automóvil híbrido. Aunque el proyecto prometía, la crisis financiera truncó cualquier plan de producción a gran escala.
El Rauch & Lang J5 Double Control que ilustra este artículo es un ejemplo vivo de la visión vanguardista de Rauch & Lang. Además de estar propulsado por baterías, su diseño innovador permitía ser conducido desde el asiento trasero o desde los asientos delanteros, brindando una experiencia única para la época.
A pesar de los altibajos, el legado de Rauch & Lang perdura hasta nuestros días. Su contribución pionera a la industria automotriz eléctrica continúa inspirando a los innovadores de hoy. A través de sus desafíos y triunfos, Rauch & Lang se mantiene como un recordatorio de la audacia y la visión que impulsan el progreso en la industria automotriz.