Llegó como un participante más a la carrera más dura del planeta, pero su nombre fue ganando protagonismo con el correr de las etapas. Conocé más sobre este mendocino que puso a flamear la celeste y blanca en Arabia Saudita.
“Yo sólo venía a terminar la carrera pero por suerte conseguimos este segundo lugar. Estoy muy contento porque lo busqué mucho”, las palabras son de Francisco Moreno, la grata sorpresa que dejó esta edición del Rally Dakar y charló con Automoundo, apenas cruzó la línea de meta de llegada del último especial de la carrera.
El argentino llegó a su primera participación en la prueba más dura del planeta con 25 años y un puñado de carreras de rally raid pero con mucha experiencia al mando de un quad. Porque desde que a los 5 años su papá José le regaló el primer cuadriciclo comenzó a sumar kilómetros y a los 12 inicio su periplo deportivo en categorías de quadcross acompañado siempre de su familia.
Precisamente esta oportunidad de vivir el Dakar junto con su padre fue lo más destacó. “Lo que más disfruté de esta experiencia en el Dakar fue estar presente con todo mi equipo, mi papá, mi mecánico” afirmó Moreno que disputó el evento en un Yamaha Raptor que contó con la asistencia del equipo Drag´on, el mismo que integró el campeón de esta edición Alexandre Giroud.
Respecto a la carrera, el mendocino -que ganó tres carreras en la última temporada del Campeonato Argentino de Navegación y terminó tercero en el torneo- detalló que se fue sintiendo cómodo en cada etapa y que eso le permitió encontrar un ritmo veloz que no exigiera tanto al quad: “Tuve un ritmo bastante parejo en todas las etapas así que el resultado me deja muy contento. Creo que la clave era cuidar el quad porque varios se rompieron ya que las etapas fueron muy duras, especialmente la 11”.
Respecto a su futuro deportivo, Moreno prefiere disfrutar de esta celebración antes de pensar en el próximo objetivo. “En Tupungato (Mendoza) están todos como locos así que quiero festejar un poquito aquí y ya viajar para celebrar con todos allá”, aseguró.