Esta particular temporada de la Fórmula 1 marcada por la pandemia de coronavirus ha permitido que la especialidad recupere viejos escenarios y también visite nuevos. Tal es el caso del Autódromo Internacional do Algarve, que este fin de semana será escenario del Gran Premio de Portugal.
Este trazado, situado en la localidad de Portimao, se construyó en 2008 a un costo de 195 millones de euros. Fue inaugurado el 2 de noviembre de ese año con la última fecha de la temporada del Mundial de Superbike. Es parte del complejo Parkalgar, que incluye también una pista de karts, un parque tecnológico, hotel de 5 estrellas, apartamentos de lujo y un complejo deportivo.
El circuito, que hace poco fue reasfaltado, tiene una extensión de 4.692 metros y el ancho oscila los 14 metros, por lo que se estima que serán fáciles los adelantamientos. Está compuesto por 15 curvas ondulantes y una extensa recta, donde estará la única zona de DRS para este evento.
Uno de los sectores más complicados en la amplia última curva, que exige al máximo a los neumáticos. Justamente por esta razón Pirelli llevará los compuestos más duros de su gama.
En abril pasado Algarve recibió la homologación Grado 1, una calificación otorgada por la Federación Internacional del Automóvil que le permite ser escenario de Grandes Premios. Si bien será la primera vez que la F.1 corra allí, hay un lejano antecedente de la Máxima en este trazado ya que poco después de su inauguración ofició de escenario de pruebas de Pirelli. El mejor tiempo durante esos tests los consiguió el suizo Sébastien Buemi (Toro Rosso) con 1m 27s987.
El autódromo de Portimao reemplaza al de Estoril como escenario del GP portugués, que se disputó por última vez en 1996.